Royal Dutch Shell reportó ayer su mayor pérdida neta en por lo menos 16 años después de que el grupo energético más grande de Europa abandonara algunos proyectos y redujera sus expectativas para el precio del petróleo, resultando en un costo de casi US$ 8 mil millones.
La pérdida pone de relieve el dolor que las compañías petroleras y de gas están sufriendo cuando los precios se desploman, forzándolas al mayor apretón de cinturón en más de una década. Eni, el grupo petrolero italiano, también registró números rojos en el tercer trimestre, mientras que los beneficio de BP y Total se desplomaron.
El derrumbe del precio del petróleo ha acabado con casi US$ 500 mil millones desde finales del año pasado del índice Bloomberg World Oil & Gas, que rastrea las acciones de energía a nivel mundial.
Shell, que está comprando BG Group en el mayor acuerdo de la industria de la energía de este año, reportó una pérdida neta en el tercer trimestre de US$ 7.420 millones, en comparación con una ganancia de US$ 4.460 millones de un año antes. Ajustado por ítems extraordinarios y cambios en el inventario, el beneficio se redujo un 70% a US$ 1.770 millones, dijo la firma con sede en La Haya, por debajo de la estimación promedio de US$ 2.920 millones de analistas encuestados por Bloomberg.