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Wall Street en shock: Heredero de importante fortuna estafó hasta a sus compañeros de Princeton

Entre los afectados se encuentra un fondo de beneficencia y su propia familia.

Por: Diario Financiero Online | Publicado: Viernes 8 de abril de 2016 a las 13:38 hrs.
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Tal como dice la reconocida frase, "pasa hasta en las mejores familias". Porque en lo que ya parece tendencia mundial, se ha dado a conocer un nuevo caso de eventual estafa piramidal, ahora en Nueva York. La diferencia: Wall Street habría sido engañado por uno de los suyos.

La historia de Andrew Caspersen, al igual que la de algunos ejemplos locales, da para guión cinematográfico.

Privilegiado desde su nacimiento, Caspersen era beneficiario de fideicomisos familiares y negocios que su padre, Finn M. W. Caspersen, reconocido empresario financiero y filántropo, le había dejado al momento de su muerte. Y acá estamos hablando de una herencia de magnitudes tipo Wall Street; después de todo, su padre había vendido su participación en Beneficial Corporation en US$ 8.600 millones a Household International.

Como se acostumbra, años antes de morir, el empresario donó US$ 30 millones a la Escuela de Derecho de Harvard, la cual le dio, en su honor, el apellido de la familia a su centro de estudiantes, ya que además, había tradición: él y sus cuatro hijos se graduaron en la casa de estudios.

Pero al parecer no era suficiente para Caspersen, y traicionó la confianza de su círculo de amigos, familias y varios conocidos, según consigna Wall Street Journal.

Entre los mencionados se encuentran un ex compañero de Princeton, James McIntyre -ejecutivo en el fondo de cobertura de capital Moore-, quien invirtió personalmente US$ 400 mil, y luego recomendó seguir el mismo camino a un fideicomiso de beneficencia afiliado a la compañía en la cual trabaja, por US$ 25 millones.

Cae el heredero
El pasado 26 de marzo, Andrew Caspersen fue detenido en el aeropuerto La Guardia (NY), por agentes del FBI, en momentos en que volvía de vacaciones con su familia.

Los funcionarios le informaron que había una causa criminal en su contra, por estafa a inversionistas por unos US$ 95 millones.

En la demanda, la fundación Moore Charity lo acusa de haber hecho desaparecer parte de su capital haciendo uso de su cuenta personal.

El ejecutivo de 39 años trabajó como socio en Park Hill Group, una división de PJT Partners, hasta que fue despedido la semana pasada. Fue ahí donde pudo hacer uso del sistema de facturación que sirvió de plataforma para desviar los fondos.

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