El Royal Bank of Scotland (RBS),
controlado en un 70% por el Estado británico, anunció hoy
que podría recortar hasta un total de 9.000 puestos de trabajo en
los próximos dos años, como parte del programa de reducción de
costes puesto en marcha por la entidad.
El banco confirmó, a través de un comunicado, que ya ha comenzado
a negociar estos despidos con los sindicatos, al tiempo que expresó
su esperanza de que esta cifra sea finalmente "bastante menor", en
virtud de una evolución favorable del negocio y gracias a aquellas
personas que pacten el despido de forma voluntaria.
Asimismo, precisó que la mitad de los despidos previstos se
efectuarán en las oficinas del banco en el Reino Unido.
La reducción de puestos de trabajo se enmarca dentro del plan de
reducción de costos puesto en marcha por la compañía tras ser rescatado
por el Ejecutivo británico, con el que prevé ahorrar 2.500 millones
de libras ( US$ 3.739 millones) en el próximo trienio.
Asimismo, el banco también confirmó hoy que la participación del
Estado en el banco se ha incrementado hasta un 70,3%,
después de que los inversores hayan adquirido sólo un 0,7% de la última ampliación de capital con fondos del Estado efectuada.