Sólo 15 días después de que BHP Billiton diera marcha atrás
en su oferta de compra, Río Tinto presentó una profunda reestructuración. La
medida más destacada será la supresión de 14.000 empleos, cerca del 13% de su
plantilla, e irá acompañada de un recorte de las inversiones y de la deuda, con
el fin de encarar una crisis que ha alcanzado de lleno a las materias primas.
Los planes de ahorros de costos se verán reforzados con la
cancelación de inversiones por 5.000 millones de euros (US$ 6.300 millones),
una iniciativa que, sumada a la venta de activos, permitirá reducir la deuda a
finales de 2009 en cerca de US$ 10.000 millones, desde los US$ 38.900 millones.
Además, la firma que junto a BHP opera minera Escondida en
Chile, decidió mantener sin cambio su dividendo, y abandona los proyectos de
una posible ampliación de capital, dadas las condiciones de los mercados financieros.
La compañía, alcanzada como el resto de empresas del sector
por el derrumbe del mercado de materias primas, destaca en la apertura de la
jornada con una de las mayores subidas de las bolsas europeas, al anotarse un
9,7% de revalorización en la Bolsa de Londres.