La compañía de automóviles Saab, que se declaró insolvente, tiene "de siete a ocho" potenciales
compradores, según el presidente del grupo, Jan-Ake Jonsson.
Sin embargo, para Jonsson el plazo fijado de tres meses para la
reestructuración de la firma, propiedad del gigante automovilístico
estadounidense General Motors, no será suficiente, por lo que la
casa matriz deberá proporcionar fondos a Saab para que mantenga la
producción, afirma en su edición digital el diario "Svenska
Dagbaldet".
La compañía detuvo durante un día su producción tras experimentar
"dificultades con un proveedor", pero las retomó esta mañana, añade
Jonsson en el diario.
No hay rescate
El primer ministro sueco, Frederik Reinfeldt, descartó la semana
pasada conceder ayudas inmediatas a la compañía mientras no quede
claro quién adquirirá Saab.
Después de que Saab se declarara insolvente el viernes pasado,
General Motors anunció que estaría dispuesta a ayudar económicamente
a mantener la producción si el Gobierno sueco participa en los
costos.
En venta desde 2008 y deficitaria desde hace años, la firma Saab
pasará a ser gestionada por un administrador de insolvencias elegido
por un tribunal.
Saab, que el pasado año produjo unos 94.000 vehículos, da empleo
directo a unos 4.100 trabajadores en Suecia, la gran mayoría en la
fábrica de Trollhättan.