Los primeros días de octubre, Telefónica Chile oficializó lo que todo el mercado sabía hace meses: que está en venta y que ya había recibido ofertas no vinculantes. Se conoce una propuesta conjunta entre Entel y la mexicana América Móvil, controladora de ClaroVTR, así como una de WOM, entre otras.
El mandato estipulaba cerrar el acuerdo de venta entre noviembre y diciembre de este año. Sin embargo, si bien el proceso tenía contemplado que para octubre ya hubiera ofertas vinculantes, aún no hay nada concreto sobre la mesa y los tiempos se han ido retrasando más de lo esperado.
Aunque para distintas fuentes de la industria esto era “esperable”, de acuerdo a expertos y conocedores de la transacción, hay distintas aristas que pueden estar obstaculizando la salida de la firma española del terreno nacional, siendo cuatro las que más destacan.
El mandato de España apunta a que la filial se venda “con la mayor certeza jurídica posible”, lo que, en simple, quiere decir que la potencial transacción tenga las menores contingencias legales y regulatorias.
1 Enajenación de Onnet
La orden de venta es clara: la telco estaría ofreciendo el paquete completo, incluyendo su participación -de un 40%- en Onnet, el negocio de fibra que tiene en conjunto con KKR. No obstante, la “carta de proceso” enviada por Telefónica planteó dos alternativas de venta: la compañía completa o la enajenación de toda la operación menos Onnet.
En ese sentido, expertos señalan que sería más conveniente para la firma separar este negocio de la venta de los otros activos para lograr una salida rápida del país.
¿La razón? A juicio de estos ejecutivos, en Onnet coexisten dos dueños que “tienen objetivos diferentes: Telefónica quiere salir a toda costa por lo que puede sacrificar un poco el precio, pero KKR -el accionista mayoritario- es un fondo, entonces no va a querer vender barato”. Por esta misma razón, conocedores del sector aseguran que Santander estaría como asesor financiero encargado específicamente de esta arista de la transacción.
2 Venta del edificio corporativo
La venta del emblemático inmueble ubicado frente a la Plaza Baquedano se reactivó este año, luego de haberse pausado en 2019.
Si bien esta propiedad tiene su proceso independiente de venta -llevado por CBRE y GPS Property-, sigue siendo parte de los activos de los cuales el grupo español se quiere deshacer y formaría parte del pack en caso de haber un interesado.
Conocedores de deal afirman que “tiene sus dificultades de venta desde el punto de vista de real estate”. Así, si bien el monto al que aspira lograr la empresa se mantiene bajo reserva, cercanos a la transacción afirman que las ofertas que están haciendo por el inmueble son de la mitad del precio esperado y provienen principalmente de consorcios, no de un inversionista individual.
3 Temas regulatorios y de competencia
El mandato de España apunta a que la filial se venda “con la mayor certeza jurídica posible”, lo que, en simple, quiere decir que la potencial transacción tenga las menores contingencias legales y regulatorias de libre competencia, para que no se entrampe el proceso y se concrete lo antes posible.
No obstante, hasta ahora los interesados por los activos de Telefónica son solo incumbentes que buscan comprar partes de la empresa, lo que no satisface al grupo español.
En esos casos, dijo el director ejecutivo de G&A Consultores, Daniel Gurovich, la FNE se demorará uno o dos años en analizar la transacción y “de aprobarse, van a tener que cumplir con ciertas medidas de mitigación y eso va a tomar harto tiempo, que es lo que Telefónica no quiere”.
En ese sentido, involucrados en el proceso aseguraron que a la firma no le han gustado las ofertas recibidas hasta ahora justamente por las complejidades que implicarían. En ese sentido, Gurovich agregó que “Telefónica no ha querido vender la empresa separada y está esperando a que aparezcan más ofertas por un tema de tiempo también”.
4 Atractivo de la filial chilena
Otra de las trabas es que en términos numéricos Telefónica Chile no está teniendo un buen desempeño. A septiembre, reportó una pérdida acumulada por más de $ 119 mil millones, un 33% más abultada que a la misma fecha del año anterior.
En ese sentido, ejecutivos del sector aseguran que “ya no es Telefónica de los años ‘90, entonces sus expectativas a veces pueden ser más altas de lo que están dispuestos a pagar los compradores, sumado a que, además, todos esos compradores son conocedores del mercado”.
En esa línea, Gurovich sostuvo que “como no encuentran un comprador, la empresa tendría que bajar un poco su expectativa de venta”.
Este escenario se suma a las pérdidas netas de 1.080 millones de euros que registró Telefónica España a septiembre de 2025 y el ajuste de personal que está llevando a cabo la matriz, que podría implicar la salida de entre 6 mil y 7 mil trabajadores en la península.