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“30 de 35 instalaciones industriales estaban en la zona terremoteada”

Ejecutivo destaca la importancia que se le dio a los trabajadores de la empresa y a la comunidad tras el sismo.

Por: | Publicado: Miércoles 23 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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En primer lugar, las personas. En segundo y tercer lugar, las personas. Esa fue la consigna con que Arauco -empresa controlada por el grupo Angelini- enfrentó hace un año el sismo y tsunami. “Había que preocuparse por las personas”, recuerda el gerente de asuntos corporativos y comerciales de Arauco, Charles Kimber. 
Resuelto lo anterior, la firma se concentró en evaluar los daños y ver cómo reanudar sus operaciones, lo que no fue menor. “Treinta de las 35 instalaciones industriales estaban en la zona terremoteada y debimos detener las operaciones. Y, además, tuvimos una pérdida total, ya que el aserradero Mutrún en Constitución, que producía un 4% de la madera de Arauco, fue arrasado por el tsunami”, comenta Kimber. 
Afortunadamente, había seguros contratados para enfrentar catástrofes de este tipo. Aunque la magnitud de las pérdidas totales de la empresa se mantiene en reserva, Kimber admite que tuvieron un impacto en las cuatro áreas de negocio: forestal, celulosa, paneles y aserradero. Además, las cinco plantas de celulosa estuvieron detenidas por lapsos de tiempo variables. 
El trabajo de reanudar la producción fue intenso. En mayo ya habían recuperado el 70% de la capacidad de producción de celulosa y de a poco lograron poner en operación las plantas afectada por el desastre. “Fueron 11 meses con la planta celulosa Arauco parada, la cual produce 500 mil toneladas anuales. Esto disminuyó la facturación de la compañía en US$ 360 millones”, precisa el ejecutivo.

Hoy todas las instalaciones de Arauco funcionan con normalidad. Por eso, es el momento de reflexionar sobre cómo enfrentar y superar una catástrofe inesperada. “No estábamos preparados para un evento de tal magnitud, aunque sí teníamos un comité de crisis. En cambio, ahora tenemos planes de contingencia, una organización y una experiencia con el sismo”, afirma. Agrega que el terremoto les deja una enseñanza. “Tenemos una tremenda responsabilidad, en particular con las personas y con las comunidades que están alrededor de nuestras instalaciones”, añade.

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