Nueva York
El grupo industrial estadounidense General Electric (GE) está bajo investigación por parte de la Comisión de Mercado de Valores de su país (SEC, su sigla en inglés), en torno a su anuncio, la semana pasada, de que necesita US$ 15 mil millones adicionales para cubrir antiguas deudas de seguros.
Jamie Miller, directora financiera de la empresa, dijo que fue notificada por la SEC de la investigación sobre el proceso que generó las reservas extra, así como el “reconocimiento de ingresos de GE y sus controles para acuerdos de servicio a largo plazo”. Agregó que la compañía está “cooperando completamente con la investigación, que aún está en etapas muy tempranas”.
La empresa reveló la semana pasada que el último trimestre de 2017 tuvo un cargo de US$ 9.500 millones por sus deudas de seguros. Los US$ 15 mil millones de disposiciones adicionales se extenderán a los próximos siete años.
GE se retiró del negocio de seguros entre 2004 y 2006, pero retuvo un número de pólizas vendidas entre los ’90 y principios del nuevo milenio. La creciente longevidad ha significado que el costo de la atención a largo plazo ha aumentado.
El sangramiento
Miller anunció la investigación luego de un doloroso cierre de 2017 para GE, en que se reportaron pérdidas de US$ 9,8 mil millones en el cuarto trimestre, mientras era golpeada por continuos problemas de su división encargada de fabricar equipos para la industria energética.
Estas cifras incluyen los grandes cargos que la compañía advirtió la semana pasada, entre ellos, los costos de la deuda heredada de los seguros. Pero incluso sin ellos, las ganancias por acción fueron 27 centavos, bajo el 55% del período equivalente de 2016 y bajo el promedio de los 28 centavos que estimaban analistas.
GE también sugirió que podría ser una de las empresas que probablemente verá los peores efectos de la reforma tributaria estadounidense aprobada el año pasado.
La compañía ha luchado por recuperar su ritmo bajo el nuevo CEO John Flannery, que asumió en agosto pasado. Él insistió en que los resultados mostraron “algo del progreso prematuro que vemos de nuestras iniciativas clave”.
Agregó que su equipo administrativo estaba “concentrado en ejecución operacional, distribución de capital y una profunda reducción de costos para posicionarnos para una mejora continua en 2018”.
Los ingresos también fueron más débiles de lo esperado, bajando un 5% a US$ 31,4 mil millones en el trimestre y los márgenes de ganancias operativas industriales cayeron a un 11,2% desde un 16,8% en el último trimestre de 2016.
Recorte de gastos
La compañía dijo que recortó US$ 1,7 mil millones en costos estructurales en 2017 y apuntaba a una reducción adicional de US$ 2 mil millones o más este año.
De las tres divisiones centrales de GE, el área de atención de salud tuvo buenos resultados, con ganancias de un 13% a US$ 1.160 millones. El sector de aviación –incluyendo motores aéreos- subió un 2% a US$ 1.790 millones. Pero el colapso visto el tercer trimestre continuó en la división energética, con una caída de 88% a US$ 260 millones.
GE resintió el cambio en la industria eléctrica hacia energías renovables, lejos de su fortaleza tradicional: construyeron sus operaciones en la generación de combustibles fósiles, con la adquisición de US$ 10 mil millones del negocio de energía de Alstrom en 2015.
La compañía sugirió que sus propias decisiones han jugado una parte en el pobre desempeño de la división, diciendo que el negocio ha operado “muy por debajo de las expectativas”. El liderazgo de la unidad fue cambiado el año pasado y el equipo ha empezado a tomar medidas para mejorar el desempeño, incluyendo cortar un 11% de su personal. La división anunció el mes pasado que planea cortar 12.000 empleos y evalúa cierres.