La tasa de inflación de Reino Unido volvió a terreno negativo en septiembre por segunda vez este año, lastrada por el descenso en los precios de los alimentos y el petróleo y un marginal aumento en el costo de la ropa, según mostraron ayer los datos revelados de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS). El índice de precios al consumidor cayó 0,1% anual en septiembre, para situarse en -0,1% después de estancarse en 0% agosto. Los precios han oscilado alrededor del 0% desde febrero de este año, señaló la ONS, pero la tasa de septiembre es la más baja registrada desde marzo de 1960.
La medición reforzará la visión de que el Banco de Inglaterra está a al menos unos meses de elevar la tasa de interés referencial del actual mínimo récord de 0,5%. El banco central británico afirmó la semana pasada que su objetivo a corto plazo para la inflación se había debilitado desde agosto y que el aumento de los precios se mantendría probablemente por debajo de 1% hasta la primavera (boreal) de 2016, muy por debajo de su meta de 2% anual.
“Aunque los precios han caído ligeramente durante el último año, el riesgo de una deflación persistente es remoto”, dijo a Bloomberg Andrew Sentance, economista de PwC. Para el ministro de Finanzas británico, George Osborne, el dato es un “impulso para los presupuestos de las familias”.