Japón y Rusia están discutiendo casi 100 proyectos de cooperación económica mientras se preparan para negociar en torno a cuatro islas en disputa en una importantísima cumbre en diciembre.
En una entrevista con el Financial Times, Hiroshige Seko, ministro japonés de economía, comercio e industria, dijo que Japón había presentado decenas de proyectos y la parte rusa había presentado casi 70.
La intensidad de los debates muestra el empeño que el primer ministro Shinzo Abe está poniendo en su último esfuerzo para resolver la larga disputa sobre un grupo de islas que Rusia llama las Kuriles y Japón llama los Territorios del Norte.
Pero también plantea el riesgo de una reacción después de la cumbre en Japón si no hay progresos en cuanto a las islas. La semana pasada, un parlamentario ruso visitar Tokio dice que "no hay debate alguno sobre el traspaso de las islas".
El nuevo enfoque del Sr. Abe hacia Rusia — lanzado en mayo en una cumbre en Sochi con el presidente Vladimir Putin — tiene como propósito ampliar la relación con Moscú para facilitar las negociaciones sobre las islas. Los dos hombres se reunieron de nuevo en Vladivostok en septiembre y celebrarán una cumbre en Yamaguchi, la prefectura doméstica del Abe, el 15 de diciembre.
Seko dijo que su meta era preparar proyectos de cooperación económica para ese momento. "Queremos una relación de beneficio mutuo. Sin preocuparnos mucho por los Territorios del Norte, queremos establecer proyectos económicos que beneficien a Japón".
"Pero si ambos países puedan trabajar juntos y desarrollar una buena relación, entonces se beneficiarán las negociaciones sobre los Territorios del Norte".
El Sr. Seko declinó comentar sobre proyectos concretos, pero entre los que se someterán a debate están la modernización del aeropuerto de Khabarovsk, las terminales de exportación de carbón en Vanino y Vostochnyy, y las inversiones en combustibles fósiles y energía renovable.
"La relación económica entre Japón y Rusia hasta ahora se ha enfocado en la energía", dijo Seko. "Pero hay áreas donde los rusos tienen necesidades tales como hospitales o el desarrollo urbano, la promoción de la industria en el Lejano Oriente, o la cooperación en tecnología avanzada. Queremos proyectos que hagan que los rusos noten una diferencia real en sus vidas".
Seko dice que él imagina que las compañías privadas tomen la iniciativa, y que el gobierno de Japón ofrezca financiamientos, y trabaje junto con Rusia para superar los obstáculos regulatorios. Pero también prometió que "la no violación de las sanciones es una precondición absoluta".
Tokio es parte del G7 que impuso sanciones a Rusia tras la anexión de Crimea. Los bancos japoneses dicen que están sintiendo presiones contradictorias del gobierno tanto para endurecer la imposición de las sanciones como para restablecer los préstamos a Rusia a sus niveles anteriores.
Los dos países nunca firmaron un tratado de paz después de la Segunda Guerra Mundial porque Moscú se apoderó de las cuatro islas más meridionales de las islas Kuriles. Con una superficie de aproximadamente 5.000 kilómetros cuadrados, las islas son ricas en recursos pesqueros y tienen una población rusa de miles de personas. La población japonesa anterior fue expulsada después de la guerra.
El punto de partida para cualquier acuerdo probablemente sería una declaración conjunta de 1956 de Japón y la Unión Soviética en la que estuvieron de acuerdo en que las más pequeñas de las cuatro islas en disputa — Habomai y Shikotan — deberían devolvérseles a Japón. Pero hay pocas señales de que Putin esté dispuesto a devolver territorio alguno.