Los cuatro días del Papa en Chile
Sus discursos se enfocaron en el perdón por los abusos cometidos por la Iglesia, la violencia en la Araucanía y el respeto a los inmigrantes. Para empresarios, políticos y personalidades el llamado a la unidad fue el gran legado que dejó la primera visita de Francisco a nuestro país.
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El perdón por los abusos sexuales de algunos miembros de la Iglesia, el reconocimiento de los pueblos originarios, pero el rechazo a las demandas encausadas con violencia, y la demanda de un trato más justo hacia los inmigrantes fueron los temas que destacó el Papa Francisco en su primera visita a Chile.
Empresarios, políticos y personalidades, por su parte apuntaron al llamado a la unidad como el gran legado que dejó para nuestro país. “El mensaje que nos ha dado del reencuentro es muy potente”, dijo el exministro de Hacienda, Felipe Larraín. “Está en manos de los chilenos el poder tomar ese llamado y aplicarlo en nuestra vida”, agregó.
La visita “marca un tono del ambiente de reconciliación que se está empezando a sentir en Chile, y eso nos deja muy tranquilos y muy contentos”, expresó el presidente de Credicorp Capital Chile, Guillermo Tagle.
Mea culpa
En su primer acto público el martes, el Papa visitó La Moneda, donde fue recibido por la presidenta Michelle Bachelet.
Ante representantes del ámbito político y económico, el Sumo Pontífice hizo un mea culpa por los abusos cometidos por sacerdotes.
“No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, sostuvo. “Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que debemos empeñarnos para que no se vuelva a repetir”, reflexionó.
Este hecho fue destacado no sólo en Chile, sino también por la prensa internacional. El perdón fue bien acogido por los políticos de forma transversal.
Para el intendente de Santiago, Claudio Orrego, este gesto fue “impresionante”. “Que ocupe el Palacio de Gobierno, y no un espacio íntimo de la Iglesia, para pedir disculpas, declarar su vergüenza y su dolor, y además haberse reunido con algunas de las víctimas, me parece que son signos muy importantes que ojalá algunos miembros del clero chileno también escuchen”, declaró.
Francisco luego realizó una misa ante cerca de 400 mil personas en el Parque O’Higgins. “Cuánto conoce el corazón chileno de reconstrucciones y de volver a empezar; cuánto conocen ustedes de levantarse después de tantos derrumbes (…) A ese corazón apela Jesús; para que ese corazón reciba las bienaventuranzas”, les dijo.
Por la tarde, visitó el Centro Penitenciario Femenino, donde se produjeron algunos de los momentos más emotivos de su visita. “Ser privado de libertad no quiere decir ser privado de la dignidad”, expresó. Toda pena debe tener un horizonte de reinserción, “eso exíjanlo, a ustedes mismas y a la sociedad”.
El día terminó con un encuentro con diáconos, presbísteros, seminaristas, obispos, monjas y sacerdotes en la Catedral Metropolitana, donde reconoció que “la vida presbiteral y consagrada en Chile atraviesa horas difíciles de turbulencia y desafíos”.
“Sé que a veces han sufrido insultos en el Metro o caminando por la calle (...) Por eso los invito a pedir a Dios que nos dé la lucidez de llamar a la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón y tener la capacidad de escuchar lo que él nos está diciendo”, les dijo.
Reconocimiento sin violencia
El miércoles, el Santo Padre encabezó una misa en el Aeródromo de Maquehue, en Temuco, donde instó a la defensa de todas las culturas indígenas, pero también llamó a terminar con la violencia. “No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro”, dijo. “La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa”.
De vuelta en Santiago, se reunió con jóvenes en el Templo Votivo de Maipú. Los llamó a no renunciar a sus ideales y a amar a la patria. “Si no son patriotas, no van a ser nada en la vida. Quieran a sus tierras, quieran a su Chile, den lo mejor de ustedes por su Chile”, afirmó.
Le siguió una visita a la casa central de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde el obispo de Roma dijo que “la convivencia nacional es posible, en la medida en que generemos procesos educativos también transformadores, inclusivos y de convivencia”. Asimismo, planteó que “la universidad se vuelve un laboratorio para el futuro del país” y que “el servicio universitario ha de apuntar siempre a ser de calidad y de excelencia”.
“Me pareció que el Papa dirigió su discurso directamente a la universidad, a sus 130 años (…) El Papa le ha dado un gran respaldo a la universidad con lo que ha dicho con respecto a la función que ha cumplido en Chile”, manifestó el animador Mario Kreutzberger, Don Francisco, uno de los asistentes.
En eso coincide el expresidente de la empresa Adimark, Roberto Méndez, quien afirmó que el discurso fue un espaldarazo para el rol que ha asumido el rector Ignacio Sánchez en la discusión de la reforma a la educación, pero también en favor del respeto a la vida. La visita fue “un apoyo para el rector, la Universidad Católica y, en cierta manera, un estímulo para el rol que la UC ha jugado en la sociedad chilena en los últimos años”, planteó.
Para la historiadora Lucía Santa Cruz, Francisco realizó un aporte a la discusión de la reforma a la educación. “Me pareció extraordinariamente lúcido, profundo y muy oportuno, porque la discusión de la reforma se ha limitado a las instituciones y el financiamiento, y no al fondo de qué es una universidad y cuál es su misión y su tarea, tanto en la sociedad como en relación al conocimiento y el saber”.
El expresidente Ricardo Lagos destacó el planteamiento respecto a “la compatibilidad del avance del conocimiento científico y la religión, y el llamado que hace a cómo se actualiza eso a lo que son las realidades y los cambios de hoy, y la necesidad de una renovación del pensamiento en el ámbito universitario”.
Acogida a inmigrantes
En su última parada en nuestro país, en Iquique, el Papa Francisco hizo un llamado ayer a abrir los brazos a las nuevas oleadas de inmigrantes y a brindarles un trato más justo.
“Estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación (...) Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en regla”, dijo.
Para el empresario Luis Enrique Yarur, este llamado es clave. “Este país fue construido por migrantes. El aporte que nos van a dar ahora a nosotros estos inmigrantes también es muy importante. Tanto como fuerza laboral como también por diversidad”, aseguró.
El cierre de la gira, sin embargo, quedó empañado por las declaraciones del Papa sobre el cuestionamiento a la presencia del obispo Juan Barros en varias de sus actividades. “El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia, ¿está claro?”, dijo a periodistas.