Con una hora de retraso comenzó su esperada comparecencia ante el pleno del Parlament, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y pese al tono más moderado del que se esperaba en su discurso, sí declaró de forma unilateral la independencia de Cataluña.
"Asumo el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república; eso es lo que hacemos hoy con toda solemnidad", aseguró.
"Lo que voy a exponer no es una decisión personal, sino el resultado del 1-O", comenzó señalando Puigdemont, en alusión a los más de 2,2 millones de catalanes que, según el Govern, votaron en el referéndum del primero de octubre.
"la única forma de mantener el autogobierno es que Cataluña se constituya en un Estado. Las últimas elecciones al Parlament son prueba de ello", añadió.
Pero en lo que se puede considerar un grado de retroceso o el matiz del que ya muchos hablan, el presidente de la Generalitat solicitó al Parlament suspender dicha declaración por algunas semanas y dejó clara su postura hacia Madrid reclamando "diálogo para llegar a una solución acordada".
En parte de su discurso Puigdemont se dirigió en castellano a todos los ciudadanos españoles que "no tenemos nada contra España o los españoles, al contrario, nos queremos entender mejor, porque la relación no funciona" y agregó que "no somos unos delincuentes, no somos locos, no somos golpistas, no somos abducidos. Somos gente normal que pide poder votar".
Entre los conceptos destacados por el líder catalán, aseguró también que el conflicto en que se ha incurrido por Cataluña "es un asunto europeo".
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