Economía

Rusia reafirma apoyo a régimen sirio y secretario de Estado de EEUU vive tensa recepción en Moscú

Autoridades del Kremlin acusaron a Washington de actos “vandálicos” e “ilegales” y llamaron a una investigación internacional por el ataque químico en Siria.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Jueves 13 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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Atrás quedaron los días en que el Kremlin celebraba la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Las primeras palabras del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ayer –tras reunirse con su par estadounidense, Rex Tillerson– dejaban en claro el tenso momento que viven ambos gobiernos. “No esconderé el hecho de que tenemos muchas preguntas en torno a las ideas ambiguas y a veces contradictorias expresadas por Washington”, señaló.

Sus dichos, no obstante, fueron más moderados que los del propio presidente Vladimir Putin y otros diplomáticos rusos. Moscú reforzó ayer su rechazo al ataque estadounidense a una base militar del gobierno sirio, que Lavrov describió como “ilegal” y “preocupante”, y reafirmó su apoyo al régimen de Bashar al-Asad.

“En general, lo primitivo y vandálico son características fuertes de la retórica actual en Washington”, señaló en una entrevista a una agencia de noticias estatal el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov. “La postura de la administración sobre Siria es un misterio. La inconsistencia es lo primero que se viene a nuestra mente”, apuntó.

Tillerson, quien días antes había llamado a Moscú a dar la espalda al régimen sirio, sostuvo ayer que su visita buscaba “clarificar temas donde tenemos diferencias agudas, para que podamos entender mejor por qué existen esas diferencias y cuáles son las posibilidades de acercar las posiciones”. Aseguró que “hemos acordado que las líneas de comunicación se mantendrán siempre abiertas”.

Confianza deteriorada

El secretario de Estado tuvo que esperar largamente para que el Kremlin confirmara una reunión con Putin, el mismo que hace años le otorgó una medalla de amistad del Ejecutivo cuando Tillerson encabezaba Exxon Mobil. El encuentro se concretó en la tarde y duró cerca de dos horas.

Antes de la cita, Putin había profundizado sus críticas a la Casa Blanca, al señalar en una entrevista televisiva que la confianza entre Washington y Moscú “especialmente en el nivel militar, no ha mejorado, sino que se ha deteriorado” bajo el gobierno de Donald Trump.

El mandatario también volvió a cuestionar la responsabilidad de Asad en el ataque químico en la localidad siria de Idlib, donde más de 80 personas resultaron muertas. En cambio, insistió en que misiles del gobierno local golpearon un arsenal de los rebeldes.

Pero también delineó otra teoría: “Esto fue hecho deliberadamente para crear ruido y pretextos para presionar más al gobierno sirio legítimo (...) Me recuerda a 2003, cuando representantes de EEUU en el Consejo de Seguridad (de la ONU) aseguraron que se había descubierto armas químicas en Irak. Lo de hoy es exactamente igual. Es aburrido, señoritas. Hemos visto esto antes”.

Tras reunirse con Putin, Tillerson admitió que las relaciones están “en un punto bajo”, pero reforzó las acusaciones de Washington contra al-Asad. Lavrov, por su parte, insistió en que la postura de Moscú es que la comunidad internacional haga “una investigación abierta y justa” de lo sucedido en Idlib. Ayer, Rusia y Bolivia vetaron una resolución de la ONU que condenaba el ataque.

Acuerdos básicos

Autoridades del Departamento de Estado, bajo condición de anonimato, aseguraron a Bloomberg que la conversación entre Tillerson y Lavrov se centró en los conflictos con Siria y Corea del Norte, donde ambos países tienen intereses encontrados.

Una de las principales preocupaciones para Moscú es el temor de que la Casa Blanca responda a las pruebas nucleares de Pyongyang con un ataque directo.

No obstante, los jefes diplomáticos lograron llegar a acuerdo en algunos principios: ambas administraciones quieren una península coreana sin armas nucleares y una Siria unificada. La pregunta ahora es, según la fuente, si esas ideas pueden transformarse en acuerdos a futuro.

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