Tanto opositores como oficialistas criticaron la reacción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al atentado ocurrido el fin de semana en una manifestación de grupos nacionalistas, supremacistas blancos y neonazis, entre otros, que terminó con una persona muerta y varios heridos.
En la protesta, un hombre de 20 años fue arrestado por embestir con su automóvil a un grupo de personas que se oponía a la manifestación convocada en Charlottesville, Virginia. Según reportes de Reuters y medios estadounidenses, el sujeto habría mostrado inclinaciones nazis durante su educación.
El presidente Trump señaló el domingo que el atentado ocurrió en medio de "manifestaciones de odio, intolerancia y violencia de muchos lados". Sus palabras generaron críticas transversales, que apuntaban a que no rechazó explícitamente a grupos racistas como el Ku Klux Klan (KKK), que estaban presentes en la manifestación.
Durante su campaña, Trump recibió el apoyo de agrupaciones extremistas y en más de una ocasión tuvo que negar vínculos con ellas. El exlíder del KKK David Duke escribió en Twitter que el presidente debería "mirarse bien en el espejo y recordar que los estadounidenses blancos lo pusimos en la presidencia".
Esta mañana, la Casa Blanca emitió un nuevo comunicado, asegurando que el presidente condena "todas las formas de violencia, intolerancia y odio, y por supuesto eso incluye a los supremacistas blancos, el KKK y todos los grupos extremistas y neonazis".
El ataque terrorista, similar a los ocurridos en Londres este año y Francia en 2016, terminó con la vida de una mujer de 32 años y dejó a 19 personas heridas, algunos de ellos con riesgo vital.