El primer ministro Alexis Tsipras criticó fuertemente a los acreedores de Grecia, acusando al Fondo Monetario Internacional de responsabilidad “criminal” por los problemas de su país y al Banco Central Europeo de “estrangulación financiera”.
En un discurso ante el Parlamento, el líder de Syriza no dio señales de ceder en su postura sobre el rescate heleno. En vez de eso, recriminó al Fondo por su estricta adherencia a la austeridad y al BCE por usar tácticas parecidas a la “asfixia financiera”.
“La situación en la que nos encontramos hoy es que las posiciones del FMI prevalecen cuando se trata de la severidad de las medidas de austeridad pedidas, mientras que al mismo tiempo las posiciones de la Unión Europea prevalecen cuando se trata del rechazo a cualquier discusión sobre la sostenibilidad de la deuda griega”, declaró.
Las palabras de Tsipras parecieron profundizar el estancamiento en las negociaciones entre Atenas y sus acreedores en medio de crecientes señales de que la nación podría encaminarse hacia un default, lo que significaría su salida de la zona euro.
Sin embargo, Alemania y la Comisión Europea mostraron un tono más conciliatorio. La canciller germana Angela Merkel aseguró que hará “todo lo posible para mantener a Grecia en la zona euro”.
“Estoy concentrando toda mi energía en ayudar a las tres instituciones a encontrar una solución”, afirmó.
Por su parte, la Comisión manifestó estar dispuesta a reanudar las negociaciones si recibe “nuevas” propuestas de reformas por parte de Atenas.
En tanto, la falta de acuerdo golpeó a la confianza de los inversionistas en Alemania. El índice de expectativas de la encuesta ZEW cayó desde 41,9 puntos a 31,5 puntos en junio, su menor nivel desde noviembre.
“Factores externos están reduciendo el alcance de una mayor mejora de la buena situación económica de Alemania”, expresó en un comunicado Clemens Fuest, presidente del ZEW. “Estos incluyen, en particular, la incertidumbre sobre el futuro de Grecia y la limitada dinámica de la economía global”.