“Si tus sueños no te asustan, no son lo suficientemente grandes”. Con esa frase de su abuelo, Dominique Rosenberg sintetizó la mentalidad con la que construyó DBS, el gigante de la belleza que hoy está en todo Chile y distintos países de Latinoamérica.
Antes de los negocios, su vida era el alto rendimiento: hija de deportistas, entrenaba tenis todos los días y fue campeona de Chile en su categoría. Vivió desde los 14 años en Estados Unidos, pasó por la academia de Nick Bollettieri y fue becada en la Universidad de Miami. Pero una práctica profesional en el spa del Ritz-Carlton de Miami cambió la raqueta por el retail.
Aunque su vida estaba en Estados Unidos, un programa temporal en el Ritz de Santiago la trajo de vuelta a Chile. Su plan era venir por un mes, pero nunca regresó al país del norte. Luego, emprendió: partió con un day spa con 20 profesionales, pero los quiebres de stock la obligaron a importar sus propios insumos. Lo que empezó como una necesidad, se transformó en un modelo de distribución: primero a la peluquería de la esquina, luego a toda la comuna, y finalmente a grandes cadenas como Salcobrand.
El crecimiento fue explosivo, llegando a operar más de 30 tiendas. Sin embargo, en 2015 llegó el punto de inflexión, con una oferta de compra de Salcobrand. “Nos tocaron la puerta y con mi marido y socio decidimos escuchar. No teníamos las espaldas para pelear con gigantes que querían entrar al mundo de la belleza”, explicó Rosenberg.
“Todo mi círculo me decía que era el comienzo del fin, que era la peor decisión de mi vida”, confesó. El mercado apostaba a su salida a los pocos años de la venta, pero 11 años después, sigue al mando. “Nunca hemos ejercido ningún wayout. Si pudiera retroceder el tiempo, haría lo mismo”.
Tras sobrevivir al estallido social -con tiendas saqueadas e incendiadas- y replantearse el negocio durante la pandemia, la firma evolucionó hacia lo que ella llama “Empresas DBS”. Hoy operan como importadores, distribuidores y retailers con más de 10 mil SKU en cuatro ejes (maquillaje, skin care, perfumería y capilar). La meta de la extenista es agresiva: facturar US$ 200 millones al 2027.