Economía

Un beso, el arma secreta de Juncker para desarmar a Trump

En su encuentro con el mandatario de EEUU, el presidente de la Comisión Europea apeló a su encanto personal. “Querido Donald, tenemos historia en común”, le dijo. Pero tampoco escatimó en determinación. “Si usted quiere ser tonto, yo también puedo serlo”, advirtió.

Por: Isabel Ramos Jeldres | Publicado: Viernes 27 de julio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Jean-Claude Juncker fue recibido como un héroe por el sector empresarial europeo ayer por lograr que el presidente estadounidense Donald Trump echara pié atrás a su amenaza de imponer aranceles punitivos a los autos europeos, lo que en la práctica puso paños fríos a la guerra comercial transatlántica.

El acuerdo con la Casa Blanca llegó además como un salvavidas para el presidente de la Comisión Europea, dos semanas después de que Alemania cuestionara su idoneidad para el cargo luego de que se viera enfermo en uno de los eventos de la cumbre de la OTAN donde Trump barrió con sus aliados europeos.

El exprimer ministro de Luxemburgo, quien tiene una carrera de 30 años en instituciones europeas, y sus funcionarios subrayaron los límites de lo que se había conseguido, conscientes de la habilidad de Trump para cambiar de idea. Y aunque Berlín celebró que Juncker hubiera conseguido más tiempo para sus automotrices, mientras se lanzan negociaciones para liberar el comercio, Francia fue más cauta sobre posibles nuevas importaciones agrícolas de EEUU.

Sin embargo, hubo un sentimiento general de satisfacción entre los gobiernos y las empresas europeas por la estrategia de la Comisión, al presentar ofertas que Trump ya había descartado en el pasado para negociar una mayor apertura comercial y mantener sus amenazas de represalia en contra de productos estadounidenses. También recibió halagos la ofensiva de Juncker, que apeló a su encanto personal.

Diplomacia del encanto

Una fotografía de Juncker dándole uno de sus característicos besos en la mejilla a Trump en la Casa Blanca marcó el tono de la cita, llevando al presidente estadounidense a tuitear sobre el “amor” transatlántico.

“Hubo mucho amor en sus preparaciones”, dijo un diplomático de Bruselas, citado por Reuters.

“Juncker sabe cómo controlar a Trump”, escribió el periódico austríaco Der Standard, describiendo el acuerdo como una “obra maestra”. “El viejo zorro mostró que, incluso en las situaciones políticas más difíciles, puede encontrar una salida diplomática”, agregó.

Juncker, quien no ha escatimado en críticas a Trump, tanto en público como en privado, no tenía muchas expectativas sobre el encuentro.

Al ser consultado en el vuelo desde Bruselas sobre si estaba preparado para la reunión, Juncker sonrió y dijo: “No, tendremos que ver qué tal nos va”. Pero tan pronto como entró a la Oficina Oval, quedó claro que Trump estaba dispuesto a negociar, según mencionó un funcionario de la Unión Europea que estaba presente a Wall Street Journal.

A diferencia de los encuentros internacionales anteriores -la cumbre del G7 en Canadá y la cumbre de la OTAN en Bruselas- Trump el miércoles estuvo “encantador, bien informado” y “realizó un esfuerzo” por llegar a un acuerdo con Juncker, dijo el funcionario europeo.

Éste no se quedó atrás. Su plan para romper el hielo fue enseñar al mandatario una serie de fotografías que mostraban las tumbas de estadounidenses caídos en guerra en su Luxemburgo natal, incluyendo una de uno de los héroes personales de Trump, el general George Patton.

“Querido Donald, tenemos historia en común”, expresó Juncker, y luego profundizó en el tema de los valores compartidos. Fue un tono totalmente distinto al usado por el europeo el mes anterior, al decir que Trump le había dicho que era un “asesino brutal”.

Juncker le dijo al sitio web Politico que las conversaciones habían sido facilitadas “por el hecho de que, sorprendentemente, nos llevamos muy bien”, y que había hablado honestamente -de forma firme, pero amable- en la cumbre del G7 el mes pasado: “no le gustan quienes andan con rodeos”, dijo Juncker de Trump.

En efecto, la diplomacia del encanto fue complementada con una dosis de firmeza. El europeo aprovechó la oportunidad de argumentar que cada lado tenía la opción de seguir adelante o echar pie atrás. “Si usted quiere ser tonto, yo también puedo serlo”, le advirtió a Trump.

Éxito sorpresivo

Asesores de Juncker admitieron que la delegación de la UE se había visto sorprendida con el buen resultado de la cita de la Casa Blanca, ya que no tenían altas expectativas.

Presionado para explicar el éxito, un funcionario senior de la UE aseguró que el equipo de Trump parecía haber estado tentado por las ofertas de la UE de aumentar las importaciones de gas natural licuado y soya, y la cooperación en desafiar las prácticas comerciales de China. Los estadounidenses también se enfocaron en el hecho de que Juncker tenía a 28 economías detrás de él y que tenía mucho en juego.

“Creo que sopesaron lo que significaría abrir una pesadilla comercial de 50 mil millones de euros”, aseguró el funcionario. “No sabrían cómo terminaría esto”.

Incluso algunos políticos europeos que generalmente son recelosos de la industria automotriz y de esfuerzos previos por distender la relación comercial con EEUU, quedaron impresionados. “Quisiera expresar mis respetos por el logro de Juncker”, escribió en Twitter Jan Philipp Albrecht, miembro del parlamento europeo del Partido Verde de Alemania. “Sí, hay un enorme SI ES QUE con esta inestable administración de Trump, y hay muchas preguntas sin respuesta... pero lograr esto muestra el potencial real del liderazgo de la UE”, aseguró.

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