Internacional
Alza de tasas en Europa aumenta la brecha económica entre países del centro y la periferia
Mayor costo financiero podría precipitar colapso de países como Portugal, fuertemente endeudados, pero dará impulso a potencias como Alemania.
Por: | Publicado: Lunes 7 de marzo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Isabel Ramos Jeldres
Las declaraciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, quien anticipó que la institución podría comenzar a subir las tasas de interés en su reunión de abril, después de mantenerlas en su mínimo histórico de 1% desde mayo de 2009, provocaron sentimientos contrapuestos en los mercados.
Según analistas, el ajuste monetario, impulsado por el alza en el precio de los
commodities
agrícolas y el petróleo, puede acrecentar las brechas económicas entre los países del centro y la periferia.
“Creemos que los riesgos asociados a esta decisión son altos en un contexto en que la situación de la periferia se mantiene bajo presión”, aseguró a Reuters el economista de RBS, Jacques Cailloux.
Países como España, Irlanda Portugal y Grecia, por ejemplo, tienen un crecimiento bajo, alta deuda fiscal, alto desempleo y poca competitividad, lo que les dificultará adaptarse al aumento en los tipos.
Entre quienes han criticado el anuncio del banco central está el economista que predijo la crisis financiera, Nouriel Roubini, quien afirmó que “el BCE se está precipitando en las subidas”, en una entrevista con la cadena estadounidense CNBC.
Según el experto, el alza en el costo de los préstamos aumentará las probabilidades de que Portugal deba recurrir a la ayuda internacional, ya que reduce sus opciones de repagar sus obligaciones de deuda.
“Me temo que Portugal necesitará ayuda del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, pero la mayor preocupación será España, que es demasiado grande para caer, pero también demasiado grande como para ser rescatada”, advirtió el profesor de la Universidad de Nueva York.
BCE opta por el centro
Los analistas explican que la situación de Europa es complicada porque las presiones inflacionarias no provienen del auge de la demanda interna, sino del encarecimiento de las materias primas a nivel internacional.
En la periferia de Europa se produce un escenario de estanflación, donde la inflación se combina con un bajo crecimiento. España, Portugal, Grecia y Bélgica tuvieron una inflación que superó 3% en enero (la meta regional es de 2%). A eso se suma, en el caso de España, que el consumo se mantiene deprimido (en medio de un desempleo que llegó a 20,4% en enero), y la economía creció sólo 0,6% en el cuarto trimestre, frente al mismo período de 2009, según cifras de Eurostat.
En el centro, en cambio, existe bajo desempleo, alta competitividad, superávit comercial y buen ritmo de crecimiento. Es el caso de Alemania, que creció 4% anual en el cuarto trimestre, tuvo una inflación de 2% en enero y un desempleo de 6,5% en el primer mes del año.
Ante este panorama, el BCE se mantuvo fiel a su mandato de controlar la inflación y priorizó los intereses del centro.
La pregunta ahora es si los países periféricos serán capaces de enfrentar el nuevo escenario, ya que, como han dicho los propios líderes europeos, el rescate de Portugal (y con mayor razón de España) desestabilizaría a toda la zona euro.
El BCE “está asumiendo que todo volvió a la normalidad, lo que no ha pasado”, dijo al periódico Financial Times el economista para Europa de Barclays Capital, Julian Callow.
Las declaraciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, quien anticipó que la institución podría comenzar a subir las tasas de interés en su reunión de abril, después de mantenerlas en su mínimo histórico de 1% desde mayo de 2009, provocaron sentimientos contrapuestos en los mercados.
Según analistas, el ajuste monetario, impulsado por el alza en el precio de los
commodities
agrícolas y el petróleo, puede acrecentar las brechas económicas entre los países del centro y la periferia.
“Creemos que los riesgos asociados a esta decisión son altos en un contexto en que la situación de la periferia se mantiene bajo presión”, aseguró a Reuters el economista de RBS, Jacques Cailloux.
Países como España, Irlanda Portugal y Grecia, por ejemplo, tienen un crecimiento bajo, alta deuda fiscal, alto desempleo y poca competitividad, lo que les dificultará adaptarse al aumento en los tipos.
Entre quienes han criticado el anuncio del banco central está el economista que predijo la crisis financiera, Nouriel Roubini, quien afirmó que “el BCE se está precipitando en las subidas”, en una entrevista con la cadena estadounidense CNBC.
Según el experto, el alza en el costo de los préstamos aumentará las probabilidades de que Portugal deba recurrir a la ayuda internacional, ya que reduce sus opciones de repagar sus obligaciones de deuda.
“Me temo que Portugal necesitará ayuda del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, pero la mayor preocupación será España, que es demasiado grande para caer, pero también demasiado grande como para ser rescatada”, advirtió el profesor de la Universidad de Nueva York.
BCE opta por el centro
Los analistas explican que la situación de Europa es complicada porque las presiones inflacionarias no provienen del auge de la demanda interna, sino del encarecimiento de las materias primas a nivel internacional.
En la periferia de Europa se produce un escenario de estanflación, donde la inflación se combina con un bajo crecimiento. España, Portugal, Grecia y Bélgica tuvieron una inflación que superó 3% en enero (la meta regional es de 2%). A eso se suma, en el caso de España, que el consumo se mantiene deprimido (en medio de un desempleo que llegó a 20,4% en enero), y la economía creció sólo 0,6% en el cuarto trimestre, frente al mismo período de 2009, según cifras de Eurostat.
En el centro, en cambio, existe bajo desempleo, alta competitividad, superávit comercial y buen ritmo de crecimiento. Es el caso de Alemania, que creció 4% anual en el cuarto trimestre, tuvo una inflación de 2% en enero y un desempleo de 6,5% en el primer mes del año.
Ante este panorama, el BCE se mantuvo fiel a su mandato de controlar la inflación y priorizó los intereses del centro.
La pregunta ahora es si los países periféricos serán capaces de enfrentar el nuevo escenario, ya que, como han dicho los propios líderes europeos, el rescate de Portugal (y con mayor razón de España) desestabilizaría a toda la zona euro.
El BCE “está asumiendo que todo volvió a la normalidad, lo que no ha pasado”, dijo al periódico Financial Times el economista para Europa de Barclays Capital, Julian Callow.