El banco central de Brasil elevó los costos de endeudamiento en 0,5 puntos porcentuales por segunda vez consecutiva, a medida que la tasa de inflación aumenta a su nivel más rápido en 20 meses y socava el crecimiento económico e impulsa el malestar social. El directorio del banco, liderado por Alexandre Tombini, subió la tasa Selic a 8,5%, tal como lo habían pronosticado 51 economistas encuestados por Bloomberg.
Después de un alza de 25 puntos base de la tasa en abril, las autoridades duplicaron el ritmo en mayo y reiteraron las advertencias de que la perspectiva para la inflación se mantenía poco favorable.
Las autoridades del banco señalaron que el aumento del costo de los alimentos, los combustibles y de los pasajes del transporte público había contribuido a un empeoramiento de la confianza del consumidor y de los empresarios.
El índice de precios al consumidor se elevaría este año 5,81% y el banco central podría elevar la tasa Selic a 9,25% en noviembre, según una encuesta realizada por el instituto emisor en julio.
El junio la inflación acumuló 6,70% en doce meses , su ritmo más rápido desde 2011. El objetivo del banco central para la inflación es de 4,5%, con un rango de tolerancia de dos puntos porcentuales.
La depreciación del real a su menor nivel en más de cuatro años podría elevar más la inflación, según el economista de Votorantim CTVM, Roberto Padovani.
Malestar social
Los brasileños salieron a las calles a comienzos de junio para oponerse al alza de pasajes de transporte público en Sao Paulo. El descontento más tarde se extendió a otras ciudades incluyendo Brasilia, Porto Alegre y Río de Janeiro, a medida que los manifestantes expandieron sus reclamos para incluir también la corrupción, servicios públicos y gasto gubernamental en estadios para la Copa del Mundo del próximo año.
La aprobación de la presidenta Dilma Rousseff cayó a 30% a fines de junio, muy por debajo del 57% que tenía antes de que comenzaran las protestas .
