Tal como esperaba el mercado, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) bajó ayer la tasa de interés de la zona euro en un cuarto de punto.
Así, esta se sitúa en un mínimo histórico de 1%, nivel en el que se ubicó entre mayo de 2009 y abril pasado.
El italiano Mario Draghi, presidente de la entidad, explicó que la medida se toma ante la amenaza de una recesión en la región.
“Las tensiones que se han intensificado en los mercados financieros siguen frenando la actividad económica en la zona euro y el panorama se mantiene sujeto a una alta incertidumbre y a riesgos sustanciales”, dijo Draghi.
Respecto a próximas nuevas bajas en la tasa de interés, el presidente del BCE no quiso dar pistas, pero mencionó que no se ha planteado la posibilidad de echar mano a un recorte de 50 puntos base en la tasa rectora.
Decepción
Los efectos de la decisión se hicieron sentir desde temprano en la moneda común.
El euro subió inicialmente en los mercados de divisas tras el anuncio del BCE, pero luego pasó a negativo ante la decepción de los inversionistas porque Draghi no comprometió medidas tales como un aumento de las compras de bonos soberanos.
El anuncio de esta decisión estuvo marcado por las reuniones previas entre los líderes del Euro grupo, a la espera de la octava cumbre del Consejo Europeo que se realiza hoy en Bruselas.
Reuniones que no han estado exentas de tensión y que ennegrecen aún más el panorama en Europa: el primer ministro británico, David Cameron, señaló que vetará cualquier cambio al tratado de la Unión Europea si es que llegara a perjudicar los intereses de Gran Bretaña, haciendo alusión a las transformaciones que proponen el presidente de Francia, Nicolas Zarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, y que fueron discutidos el lunes pasado.
Menor
crecimiento
El Banco Central Europeo además rebajó considerablemente sus previsiones de crecimiento para la zona euro con miras al próximo año, incluso considerando un escenario de contracción.
El organismo espera que el PIB de la región se sitúe en un rango de entre -0,4% y 1% en 2012. En su pronóstico anterior, el crecimiento de la economía era de 1,3%, en un franja entre el 0,4% y el 2,2%.
En tanto, para este año la entidad ratificó la proyección hecha en septiembre, de un crecimiento entre un 1,5 % y 1,7 %, lo que supone una media del 1,6 %.
Respecto a los niveles de inflación, la institución estima que estos fluctúen entre el 2,6% y 2,8% para fines de este año (desde el 2,5% - 2,7% previo). Para 2012 se reducen las previsiones del IPC al rango 1,5% y 2,5% (desde el 1,2% y 2,2% anterior).
Además, la máxima entidad monetaria europea entregó sus primeros pronósticos para el año 2013, considerando un avance de la economía del euro entre 0,3% y 2,3%.
“Legalmente compleja”
Saliendo al paso de los trascendidos en las últimas semanas acerca de la posibilidad que el Banco Central Europeo preste dinero al Fondo Monetario Internacional para salir en ayuda de las naciones del euro, Mario Draghi aseguró que no cree en la posibilidad de que los bancos centrales entreguen dinero al FMI para que después éste compre bonos en la eurozona, pues dijo que no cree que esta medida sea compatible con el tratado europeo. La opción fue considerada “legalmente compleja”, lo que fue interpretado como un revés para quienes veían en ella una forma de destrabar la complicada situación de países como Italia.