Los países desarrollados afrontarán
"una recesión generalizada", mientras que las naciones emergentes
"crecerán" pese a la crisis financiera internacional, sostuvo la
vicepresidenta del Banco Mundial (BM) para América Latina y el
Caribe, Pamela Cox.
En una entrevista con el diario argentino La Nación publicada
hoy, Cox también advirtió que "habrá impacto a través de menores
ingresos fiscales y una baja en el gasto del sector privado" en
países que se habían visto beneficiados en los últimos años por el
incremento en los precios de las materias primas.
"Ya vemos una caída en el precio de las materias primas, que
caerán otro 25 por ciento más, lo cual generará un grave problema",
explicó la vicepresidenta del BM para la región, quien pronosticó un
2009 "muy difícil".
De todas formas, afirmó que los países latinoamericanos están
"mucho mejor" que hace diez años atrás "porque la mayoría tienen
superávit, han reducido su deuda y adoptaron importantes medidas
regulatorias en el mercado financiero, lo cual les permite navegar
mucho mejor en esta aguas tan turbias".
"Pero aún así están en el medio de una tormenta global", señaló
Cox, quien estimó que "en la región hay 47 millones de personas en
condiciones de extrema pobreza", pero "la suba de los alimentos de
los últimos seis meses empujó a otros 10 millones a ese grupo".
En una reciente entrevista con Efe, Cox abrió la puerta a que el
BM "pueda ajustar" sus proyecciones de crecimiento para la región de
América Latina y Caribe, como ya lo hizo cuando rebajó la previsión
del 2008, que pasó del 4,8 al 4,5 por ciento.
Respecto de Argentina, dijo que se "desacelerará" el crecimiento,
que el año próximo se ubicará en un 4,5 por ciento, explicó.
"Claramente buena parte de este crecimiento (en Argentina) vino
del lado de las exportaciones y la baja de la demanda mundial
afectará tanto al sector público como al privado. Hacia adelante, el
desafío es mantener un sólido programa de política económica",
consideró.
De todas formas, opinó que el país "está más protegido al estar
alejado de los mercados", aunque sostuvo que Argentina debe mantener
las negociaciones para la cancelación de la deuda con el Club de
París porque "es importante para volver a ganar acceso al mercado de
capitales".
"Es una política de mediano plazo que debe mantenerse, porque
Argentina necesita mucho más dinero para crecer que el que le pueden
ofrecer el BM, el BID y los inversores locales", manifestó.
El Gobierno de Argentina ratificó la semana pasada que cumplirá
la promesa de cancelar deudas con el Club de París por unos 6.700
millones de dólares en mora desde el cese de pagos de 2001, tal como
anunció la presidenta de este país, Cristina Fernández, a comienzos
de septiembre.