Victoria Ruan
Beijing
Beijing debe poner las reformas a la propiedad de la tierra al tope de su agenda para convertir a más campesinos en residentes de la ciudad, según un estudio conjunto sobre el nuevo modelo de urbanización del país lanzado por el Banco Mundial y el Centro de Investigación de Desarrollo del Consejo de Estado.
Beijing podría financiar los costos de su plan de urbanización para las próximas dos décadas si es que pudiera hacer los ajustes de política necesarios para resolver las distorsiones en la forma en que se asignan los recursos, aseguraron funcionarios de ambas instituciones el martes en una conferencia internacional.
Un libro titulado China Urbana será publicado después de las rondas finales de discusiones sobre el estudio lanzado hace quince meses.
El gobierno expuso un marco para el gran plan de migración de la nación este mes, apuntando a tener 60% de sus 1.300 millones de habitantes viviendo en áreas urbanas hacia 2020 desde el actual 53,7% como parte de los esfuerzos de alentar el consumo y la productividad.
Pero las discusiones y debates profundos continúan mientras Beijing busca definir los detalles.
Mulyani Indrawati, directora gerente y directora de operaciones del Banco Mundial, afirmó que el análisis conjunto sugería un nuevo modelo de urbanización con “sustentabilidad, inclusión y eficiencia”.
Las ciudades chinas gastarían
US$ 5,3 billones (millones de millones) en infraestructura en los próximos quince años. Pero con ciudades más eficientes y más densas, China podría ahorrar US$ 1,4 billón en gasto en infraestructura, o 15% del PIB del año pasado, detalló Indrawati.
El reporte estima que el costo total anual de todos los servicios públicos, infraestructura y viviendas urbanas promediaría 6,1% del PIB desde el año pasado hasta 2030.
“Cada año, 20 millones de chinos se mudan a las ciudades. Eso es 1,8 millón por mes, el equivalente de las ciudades de Hamburgo o Viena”, declaró Indrawati.
“No creo que China pueda cambiar su modelo de crecimiento desde uno basado en la inversión y las exportaciones a uno basado en el consumo sin abordar el tema de urbanización”.
Modelo de seis pilares
El reporte delineó seis prioridades para establecer un modelo de urbanización. “Quizás el más urgente es la agenda de la tierra: una vez que las ciudades se han expandido de una manera ineficiente es difícil revertirlo”, decía el informe.
El gobierno debería asignar terrenos rurales de una manera más guiada por el mercado y aumentar la transparencia en transacciones del mercado secundario, agregaba.
Las otras cinco prioridades son reformar el registro de los hogares, o sistema hukou; ubicar las finanzas urbanas en un camino más sustentable, incluyendo la eliminación del impuesto a la propiedad; reformar la planificación y el diseño urbano; manejar las presiones medioambientales; y mejorar la gobernabilidad a nivel local.
Liu Shijin, vicedirector del Centro de Investigación de Desarrollo, manifestó que el estudio conjunto fue entregado a varias agencias gubernamentales para su referencia al diseñar el plan de urbanización.
Mientras muchos creen que la reforma de tierras y el impuesto a las propiedades podrían servir como pilares para el éxito del plan general, Liu sostuvo que “es un área donde no ve avances fáciles”.
Indrawati estuvo de acuerdo con que las tareas son desafiantes y advirtió que aplicar las reformas de manera muy lenta pesaría sobre el crecimiento de China a largo plazo.