La compra de deuda de los países de la periferia de la zona
euro se extienden en la jornada de hoy y, al parecer, el Banco Central Europeo
(BCE) ya no tiene incoveniente en admitirlo.
Jean Claude Trichet, después de resistirse ayer a dar
detalles sobre esta programa de adquisiciones, indica que el BCE continuará con
las compras de títulos de deuda de países de la zona del euro, y añade el matiz
de que continuarán con esta medida pero sin que se altere el objetivo de
garantizar la estabilidad de precios.
Más elocuente ha sido el consejero austríaco del BCE, Ewald
Nowotny, quien reconoció compras "enérgicas" esta semana: "A
través del programa, hasta la semana pasada habíamos comprado 67.000 millones
de euros (US$ 88.812 millones) en bonos, y esta semana lo hemos aplicado
también de forma enérgica".
En ese contexto, la demanda de bonos alemanes a diez años,
que habían servido de refugio en los últimos tiempos, se enfría, y eleva su
rentabilidad por encima del 2,8%.
Según consigna Expansión, la "deuda periférica" sale
especialmente favorecida, y en particular, la española. Los inversionistas recuperan
su confianza en los bonos españoles. La rentabilidad exigida a diez años se
relaja desde el 5,7% que llegó a tocar esta semana (al borde del 5,8% que
pagará Irlanda en su rescate) hasta situarse a media sesión de hoy en el 5,05%.
La prima de riesgo de España amplía así el respiro que viene
registrando desde el pasado martes, cuando tocó techo en los 311 puntos
básicos. Hoy se modera hasta los 220 puntos básicos.
La brecha se recorta también en el resto de países de la periferia
de la zona euro. El riesgo país de Grecia se sitúa en 900 puntos básicos, el de
Irlanda en 595 puntos, el de Portugal en 348, el de Italia en 155 y el de
Bélgica en 109 puntos.