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“Brasil debe caminar a una meta de inflación más baja y compatible con nuestros pares”

Arminio Fraga cree que el gobierno perdió el rumbo marcado por Lula. Dice que la indisciplina fiscal, el frente externo y la inflación son los puntos críticos a combatir.

Por: Valor Económico, Brasil. | Publicado: Lunes 2 de diciembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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El ex presidente del Banco Central (BC), Arminio Fraga, socio de Gavea Investimentos, cree baja la probabilidad de que la nota del riesgo crediticio de Brasil sea recortada en el primer trimestre de 2014.

El experto criticó el cambio en la política económica que se puso en marcha durante el segundo mandato del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y llamó la atención sobre el riesgo de que el país reviva, el próximo año, el nerviosismo que prevaleció en el traspaso de mando en 2002.

- ¿Cómo ve la posibilidad de que se rebaje la nota soberana de Brasil?

- Como algo malo, pero no es un hecho consumado. Es posible revertir el cuadro, no es ningún misterio lo que necesita hacerse. Estoy más preocupado por cómo el impacto se da sobre las primas de riesgo y los mercados en general, porque ello ya está ocurriendo .

- ¿El deterioro de la imagen de Brasil ya impactó en los precios? 

- Sí, no es de hoy, pero viene agravándose. Es un escenario que tiene una dimensión fiscal, externa y, hasta cierto punto, un aspecto vinculado con el crecimiento acelerado del crédito, muy concentrado en los bancos públicos. Son cosas que las agencias acompañan. En el tope de la lista de las preocupaciones está el tema fiscal menos disciplinado y menos transparente, después la inflación ídem (menos disciplinada y menos transparente por las medidas casuísticas para frenar un precio aquí, desgravar allí, pero la inflación a pesar de todo sigue alta) y el lado externo.

- ¿Por qué preocupan las cuentas externas?

- Hay una señal por el lado externo de desequilibrio entre oferta y demanda, transbordando para la cuenta corriente, con un déficit de 3,67% del PIB en doce meses hasta octubre. Recientemente, se deterioraron los términos de intercambio (relación entre precios de exportaciones e importaciones), lo que ocurrió después de un período largo de ganancias muy significativas en los precios de exportación. En el caso del crédito de los bancos públicos, es siempre una señal preocupante en el mundo entero.

- ¿Cuáles son los impactos en el mercado?

- Si miramos el (título del Tesoro) NTN-B, la B-50, como se lo conoce en el mercado, la tasa de interés llegó a estar por debajo de 4% al año en el mejor momento del país y ahora está en 6,39%. Fue un buen momento, el gobierno inclusive había tomado esa decisión de alterar la regla de corrección del ahorro. No se tiene que interpretar el 6,39% como el promedio de la tasa de interés en Brasil de los próximos 37 años.

- ¿Cómo hay que mirar ese número?

- Como la expectativa de cuál será ese promedio, con el agregado de una prima de riesgo. Nadie observa esa prima, pero existe. Diría que aumentó bastante a lo largo de los últimos tres años. Fue un período en el que también la bolsa brasileña tuvo un desempeño muy inferior al nivel global. Ese escenario exigiría reafirmar un compromiso con el superávit primario un poco más alto que el que tenemos hoy.

- ¿De cuánto?

- De 2,5%, 3% del PIB. Tal vez un poco más, sin descuento o ningún tipo de maniobras y sin abusar de los ingresos, como los de las privatizaciones, que no son permanentes.
Sería bueno que Brasil adoptara alguna regla para armar un presupuesto como mínimo neutro, tal vez hasta un poco anticíclico, pero seguramente eliminar la parte procíclica. Aunque es difícil hacerlo, sería bueno. Lo mismo con la inflación.

- ¿De qué forma?

- La inflación de Brasil supera desde hace mucho tiempo la meta, que ya es alta.
El país precisaría caminar para tener una meta más baja y más compatible con nuestros pares en el mundo. No hay ninguna necesidad de acelerar ese proceso, es algo que podría hacerse a lo largo de varios años. Todo eso transbordó a la balanza de pagos.

- ¿Qué debería hacerse?

- Es fundamental mantener el cambio fluctuando, reforzar el ahorro del gobierno y crear condiciones para que, con el tiempo, el financiamiento externo vaya más a la inversión que al consumo.
El escenario actual refleja un cambio muy claro a partir del segundo mandato del presidente Lula. En los primeros años de ese cambio, las condiciones domésticas e internacionales eran muy buenas. Había espacio para aprovechar en la balanza de pagos, había un desempleo en caída, un aspecto muy positivo de esos años. La formalización del empleo que tuvo lugar en ese período y también algún crecimiento del crédito no son un crimen; al contrario, la economía precisa de crédito para funcionar.
Pero el tema es que hubo cambios en la gestión macroeconómica y también en la micro, y se vio un país poco enfocado hacia la productividad, una economía cada vez más cerrada. Los efectos de ese proceso tardaron en aparecer, pero la cuenta se paga. Hay una sensación general de retroceso en los temas vinculados a la infraestructura.

- ¿Eso no mejoró con las recientes licitaciones?

- Está mejorando con el regreso de las licitaciones, pero se perdió mucho tiempo y el país vive hoy una crisis de infraestructura. Pero mejor tarde que nunca. Las noticias recientes fueron muy buenas.

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