Brasil enciende la maquinaria estatal para inyectar estímulo
Presidenta Dilma Rousseff aceleró su agenda de inversión pública, adelantando compras por US$ 4.200 millones.
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Las preocupaciones sobre el lento ritmo de la actividad económica continúan dominando la agenda política del gobierno brasileño. Tras una batería de medidas para estimular el consumo privado, como la extensión de la reducción en la tasa del Impuesto sobre Productos Industriales (IPI), similar al IVA pero para los bienes durables, que expiraba en junio, así como incentivos crediticios (y un recorte al impuesto IPI) para impulsar la compra de automóviles; las autoridades brasileñas están poniendo su atención en la inversión, que cayó casi 2% anual el primer trimestre de 2012, llevando la tasa de inversión/PIB bajo 19%.
La inversión privada se ha visto dificultada tanto por las incertidumbres sobre el panorama externo como por las crecientes preocupaciones sobre la falta de dinamismo de la economía brasileña y el fracaso en abordar de inmediato los factores estructurales que impiden el potencial de crecimiento del país (infraestructuras viejas, una fuerte carga tributaria, mercados laborales rígidos y burocracia).
Pese a los esfuerzos del gobierno por impulsar la disponibilidad del crédito y el actual y agresivo ciclo de alivio monetario, promovido por el Banco Central do Brasil hubo casi nula reacción del sector corporativo, particularmente en el segmento manufacturero, que tiene más dificultades por la competencia de las importaciones (a pesar de la reciente depreciación del real).
Plan millonario
En respuesta, el gobierno aceleró su agenda de inversión pública, especialmente aquellos proyectos bajo el Programa de Aceleración de Crecimiento (PAC), que partió en 2007. Con este fin, lanzó “Equipamientos PAC”, que supone adelantar las compras del gobierno de maquinaria y equipamiento, asociadas parcialmente a proyectos de inversión públicos.
Las compras totales anunciadas llegan a 8.400 millones de reales (US$ 4.200 millones), de los que 6.600 millones son elementos de gastos no contemplados en el presupuesto de este año. Aunque la mayor parte de estas compras se concentra en construcción pesada y equipos de transporte, hay otras como los 1.500 millones de reales destinados para comprar equipo de defensa, incluyendo lanza-misiles móviles.
Durante el anuncio formal de “Equipamientos PAC”, la presidenta, Dilma Rousseff, sostuvo que el principal objetivo del gobierno era impulsar la actividad económica, evitando ceder a “aventuras fiscales”. Citando los problemas fiscales que enfrentan las economías desarrolladas, la presidenta intentó rechazar la noción de que la aceleración de las compras del gobierno tendrá implicancias adversas en las metas fiscales, concretamente en el objetivo principal de superávit del gobierno central, de 108.500 millones de reales (la meta principal de superávit ahora se fija en términos nominales en vez de ser parte del PIB), sin embargo, de acuerdo a estimaciones del PIB del Ministerio de Finanzas, el objetivo del sector público como un todo (incluyendo gobiernos locales y estatales) sería aún consistente con un superávit principal de 3,1% del PIB. Dicho eso, ya que “Equipamientos PAC” supone compras adicionales de 6.600 millones de reales, la medida por sí misma podría potencialmente reducir el superávit en la misma cantidad, ó 0,2 punto porcentual del PIB.