Brasil se trazó la meta de triplicar sus exportaciones hacia
China para el año 2010, cuando de acuerdo a las previsiones deberán llegar a US$
30.000 millones anuales, anunciaron hoy fuentes oficiales.
Los focos de esa ofensiva comercial serán petróleo y
derivados, metales no ferrosos, papel y celulosa, productos siderúrgicos y todo
tipo de carnes, granos y minerales, áreas en las que Brasil tiene posiciones de
liderazgo mundial o una creciente presencia, como en el caso de los
hidrocarburos.
Los ambiciosos planes del Gobierno con la poderosa economía
china fueron presentados hoy por el director del departamento de Comercio
Exterior del ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio, Welber Barral, en
un seminario sobre las relaciones entre ambos países.
Barral explicó que el Gobierno elaboró una lista que consta
de 619 productos considerados "prioritarios" para reforzar la oferta
exportadora hacia China, todos de las áreas citadas.
Informó además de que, la semana próxima, una delegación
formada por representantes del Gobierno brasileño y empresas privadas visitará
varias ciudades en China para establecer negociaciones directas con sus pares
orientales.
Según Barral, uno de los objetivos de Brasil es que China
suavice las fuertes barreras fitosanitarias que impone a la carne de cerdo, un
producto del que el país suramericano es el tercer exportador mundial pero que
no consigue colocar en el mercado chino, que es uno de los principales
consumidores.