Brasil retrasa subasta de tren de alta velocidad hasta abril de 2011
La licitación del sistema de trasporte que unirá Río de Janeiro y Sao Paulo estaba prevista para diciembre.
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El
Gobierno de Brasil anunció hoy que va a retrasar hasta el 29 de abril
del año que viene la licitación del tren de alta velocidad que pretende
construir entre Río de Janeiro y Sao Paulo, que estaba prevista para el
mes entrante, informaron fuentes oficiales.
La Agencia
Nacional de Transportes Terrestres (ANTT) decidió aplazar la subasta en
la que han mostrado interés empresas de España, Francia, Alemania, China
y Corea del Sur, por la presión de los industriales del sector
ferroviario.
Estas compañías argumentan que un mayor plazo
podría atraer a más participantes en la subasta, según informó la
estatal Agencia Brasil.
La obra, que comunicará las dos
mayores ciudades de Brasil, podría costar cerca de US$ 18.750 millones, según los cálculos anunciados por el Gobierno cuando se publicó
el pliego de condiciones el pasado julio.
El proyecto ha
sufrido numerosos retrasos. En un primer momento, se pretendía que
entrase en funcionamiento antes del Mundial de fútbol de 2014, pero
ahora ya parece casi imposible que se pueda concluir la obra antes de
los Juegos Olímpicos de 2016, puesto que se calcula que las obras
durarán unos seis años.
Cuando salga del papel, la primera
línea férrea de alta velocidad en América Latina cubrirá 510,8
kilómetros entre Río de Janeiro y la ciudad de Campinas, pasando por Sao
Paulo.
El tren alcanzará una velocidad máxima de 350
kilómetros por hora y podrá cubrir la distancia entre Río y Sao Paulo en
una hora y 33 minutos, cuando no se hagan paradas.
El
criterio para la selección del vencedor de la licitación es la menor
tarifa, que en clase económica no podrá superar los US$ 117 en el trayecto Sao Paulo-Río.
Está prevista la
construcción de siete estaciones, incluyendo los aeropuertos
internacionales de Guarulhos (Sao Paulo), Viracopos (Campinas) y Antonio
Carlos Jobim (Río de Janeiro), según el pliego.
Se considera
que la complejidad del proyecto es elevada, puesto que se tendrán que
construir 90,9 kilómetros de túneles (un 18 por ciento del total del
trayecto) y 107,8 kilómetros de puentes y viaductos para salvar los ríos
y los grandes desniveles del relieve que presentan dos sierras que
separan a las dos mayores metrópolis del país.
El corredor
entre Río y Sao Paulo aglutina el 20 por ciento de la población
brasileña, unos 40 millones de personas, y el 33% del Producto
Interior Bruto (PIB) del país, según cálculos oficiales.