El National Bureau of Economic
Research, el comité de expertos económicos de Estados Unidos que
dictamina el inicio y el fin de las recesiones, confirmó hoy que,
pese a las mejoras registradas en los principales indicadores, aún
es demasiado pronto para hablar del final de la presente crisis.
"Aunque
la mayoría de los indicadores ha repuntado, el comité ha
decidido que decretar el fin de la recesión sería prematuro si se
tienen en cuenta los datos actuales", señalaron en un comunicado los
miembros de la entidad, que alcanzaron un acuerdo al respecto
durante el pasado fin de semana.
La entidad explicó que su
decisión se debe a que muchos de esos
indicadores son "bastante preliminares en este momento y serán
revisados en los próximos meses", al tiempo que recordó que el
comité actúa "sólo basándose en datos concretos y no confía en
previsiones a la hora de determinar las fechas de los ciclos
económicos".
Los miembros del National Bureau of Economic
Research se resisten
así a hablar de momento de una fecha concreta que se pueda señalar
como punto y final de la recesión en la que la economía de este país
entró en diciembre de 2007, una fecha que, sin embargo, insistieron
en confirmar como inicio del declive económico.
"El comité revisó
los datos relativos al inicio de la recesión,
que se determinó previamente para diciembre de 2007, una fecha que
se ha vuelto a confirmar", señalaron desde una institución que
muestra así sus temores de que la economía estadounidense pueda
iniciar una nueva tendencia descendente y entrar en una recesión de
doble caída.
Ese tipo de contracción económica se inicia cuando
el crecimiento
del Producto Interno Bruto (PIB) retrocede y la economía entra de
nuevo en recesión después de haber experimentado uno o dos
trimestres con crecimiento positivo.
El comité, que cuenta con
siete miembros, aseguró que la duración
y la intensidad de la reciente recesión hace más difícil que en
otras ocasiones el hablar del fin de la contracción, y explicó que,
pese a que el PIB empezó a remontar oficialmente en la segunda mitad
de 2009, las actuales tendencias acerca del empleo y la confianza de
los consumidores son todavía preocupantes.
El National Bureau of
Economic Research dictaminó que las dos
anteriores recesiones, la vivida en 1990 y 1991 y la de 2001,
tuvieron una duración de ocho meses cada una y fueron moderadas, ya
que el comité las dio por acabadas después de que transcurriera
alrededor de un año.
En el caso de la presente contracción
económica, el comité
estadounidense tardó once meses en pronunciarse acerca del inicio de
la misma.
La reticencia de la entidad a hablar del fin de la
recesión
podría tener efectos negativos en el comportamiento de los
inversionistas y los consumidores, quienes, pese a las alzas vividas en
los mercados de valores recientemente, podrían interpretarlo como
una alerta de que la economía podría tardar menos de lo esperado en
recuperarse.