La crisis política en Portugal se profundizó ayer luego de que el presidente realizara una inesperada intervención, elevando la incertidumbre sobre la sobrevivencia del gobierno y la posibilidad de que Lisboa necesite un segundo rescate.
Luego de la crisis que se produjo la semana pasada tras la renuncia de dos ministros, Aníbal Cavaco Silva propuso un acuerdo de “salvación nacional” entre el oficialismo y la oposición para garantizar un amplio apoyo a las medidas de austeridad necesarias para que el país salga de su rescate el próximo año.
Se esperaba que Cavaco Silva apoyara el cambio de gabinete propuesto por el primer ministro Pedro Passos Coelho, en una apuesta por remediar el distanciamiento entre los dos partidos de la coalición que amenazaba con hundir al gobierno y descarrilar el rescate.
El llamado a la unidad provocó una nueva alza en los rendimientos de los bonos y golpeó a las acciones portuguesas.
“Portugal está en una crisis más profunda que hacer una semana”, comentó al diario británico Financial Times Ricardo Santos, analista de BNP Paribas. “El presidente buscó calmar la volatilidad, pero es casi seguro que la elevó”, agregó.
El rendimiento de los bonos a diez años subió 19 puntos base a 6,9%, con lo que se acercó a la barrera psicológica de 7%.
El índice de precio de las acciones PSI 20 cayó ayer 1,7%, con los bancos sufriendo pérdidas de más de 4%.
Si bien Cavaco Silva descartó realizar elecciones de inmediato, argumentando que esta acción aumentaría significativamente el riesgo de que el país pidiera un segundo rescate, el mandatario hizo un llamado a los tres principales partidos para que acuerden adelantar las elecciones para junio de 2014, un año antes de lo programado.