Con un aire bonachón, Daron Acemouglu no tiene un gran parecido con Chuck Norris. Pero en el mundo de la economía, es lo más cercano. El artista marcial de los años ’80 se ha convertido en un ícono de la cultura popular, y por Internet abundan bromas como: “Algunos caminan sobre el agua, pero Chuck Norris nada a través de la tierra”.
Gracias al éxito de su libro “¿Por Qué Fracasan los Países?”, el economista de origen turco también se ha convertido en un objeto de culto, y en la red circulan bromas como: “Los países podrán fracasar, pero Daron Acemoglu jamás fracasa”.
La anécdota ilustra la fama de estrella ascendente que precede su visita a Chile para participar en el seminario “Éxito o Fracaso en el Camino al Desarrollo”, de Banco Santander.
- Los gobiernos en Chile han avanzado en eliminar la pobreza pero han descubierto que eso es sólo el comienzo. ¿Cómo dar el siguiente paso?
- La mayoría de los países alcanzan el nivel de ingreso medio apoyándose en industrias y estructuras económicas donde tienen ventajas comparativas. En el caso de Chile, estas ventajas están en el cobre, los vinos, etc. Pero para alcanzar un nivel de ingresos alto, debe hacerse mucho más basado en capital humano, más avanzado tecnológicamente en todos los sectores, y mucho más abierto.
Chile tiene industrias importantes más allá de sus ventajas comparativas, como la banca y los servicios corporativos. Pero no es un actor relevante en industrias intensivas en tecnología y capital humano y eso requiere mayor apertura del sistema económico. Chile debe hacer su economía más abierta a nuevas empresas, personas, ideas, y especialmente, más abierta a un mayor uso del capital humano con una base social amplia.
- ¿La reforma educacional va en la línea correcta?
- Hay que darle crédito al gobierno por poner la educación en el centro focal, pero el énfasis no está en lo más importante. Un sistema educacional requiere tres cosas: primero, elevar el nivel de la enseñanza para que el capital humano que adquieren los estudiantes les permita salir al mercado y construir sobre él como trabajadores, gerentes o emprendedores. En segundo lugar, debe tener en cuenta las necesidades de la economía en cuanto a las capacidades específicas de los trabajadores. Por último, debe proveer un capital humano de base amplia. Los primeros dos puntos son importantes, pero si la educación de calidad está disponible sólo para el 20% de la población de mayores ingresos, estaría fallándole al país.
- En ese sentido, ¿es necesario que la educación sea gratuita para todos?
- Enfatizar el acceso a la educación de personas de un entorno socioeconómico bajo es imperativo, pero hacer que la educación sea gratis para todos no es la manera más efectiva. Y eso puede entrar en contradicción con los dos objetivos previos. Chile gasta mucho menos en educación superior por estudiante que la mayoría de los países OCDE. Alcanzar el nivel de EEUU o Europa Occidental no es gratis, y requiere recursos. Elevar los niveles de la educación y extender su acceso gratuito a nivel universal resulta particularmente problemático si se eliminan las vías de ingresos de las universidades.
- El gobierno argumenta que la educación debe ser gratis porque es un derecho...
- La educación universitaria más que duplica el ingreso laboral de una persona. Desde el punto de vista de la justicia distributiva, no veo que haya nada justo en que las universidades deban hacer eso por personas de entornos de ingresos medios de forma gratuita.
- ¿Y entonces?
- El foco debe estar en asegurarse que los estudiantes de bajos ingresos tengan beneficios, becas y préstamos baratos. Como en cualquier otro mercado, los precios cumplen una función clave en la educación y eliminarlos no es la solución. Las universidades compiten por precios. Si se tiene mayor calidad, se puede atraer a estudiantes de mayor nivel y los mayores ingresos se pueden utilizar para mejorar la infraestructura, contratar a mejores profesores, etc. Además, los precios ayudan a los estudiantes a tomar decisiones más racionales. Si la gente va a ir a la universidad completamente subsidiada, estará menos inclinada a elegir las profesiones mejor remuneradas que les ayudarán a pagar su educación. Deshacerse de los precios en el sistema educativo no es la solución adecuada.
- ¿La reforma tributaria es la vía correcta?
- Chile está en un nivel relativamente bajo de ingresos tributarios como porcentaje del PIB, así que un incremento de unos puntos porcentuales es una buena idea. Pero esto se debe hacer a través de una reforma amplia, que extienda la base tributaria, de modo que no se castigue a los ricos y a las empresas. Chile es un país muy desigual pero ya tiene un sistema tributario progresivo. Aunque eso ayuda un poco, no es la solución. La manera correcta de combatir la desigualdad es extender las oportunidades a una base mucho más amplia de personas.
- ¿Considerando el contexto actual de la economía global, es una buena idea hacer una reforma tributaria ahora?
- La economía mundial está atravesando por un período tumultuoso, pero no creo Chile sea el principal objetivo de la fuga de capitales. Y si la reforma tributaria toma la forma correcta, no afectará las condiciones para los capitales extranjeros.
Pero, si la reforma se enfocara en impuestos punitivos a los ricos, no sólo no ayudará al crecimiento y la redistribución, sino que eso sí provocaría fugas de capitales.