Desigualdad y precariedad, el “lado B” del éxito alemán
La pobreza aumenta desde hace dos décadas y actualmente alcanza el 15%, mientras crecen las diferencias entre los salarios y se multiplica el trabajo de baja calidad.
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No todo lo que brilla es oro. Alemania, con el menor desempleo en 20 años y cuya economía sigue creciendo en medio de las recesiones en el sur de Europa, vive un creciente debate por el aumento de la precariedad laboral, la desigualdad y la pobreza.
Aunque sea difícil de creer, la pobreza -entendida como los hogares que perciben menos del 50% del salario promedio- aumenta en Alemania. Al menos así lo estima Kurt Bangert, presidente de la filial alemana de la organización internacional cristiana World Vision.
“Es una tendencia que observamos desde hace dos décadas. En los últimos diez años los pobres relativos han subido de 10% a 14%-15%”, señala a DF.
Bangert atribuye el fenómeno a varias causas, entre otras el aumento de la productividad en los países industriales, proceso que las empresas implementan mediante mejoras tecnológicas -que facilitan la reducción del personal- y el traslado de su producción a países de menores costos.
Esto ha impulsado el crecimiento del sector de menores salarios, como los famosos “mini jobs” de 400 euros mensuales con un máximo de 15 horas semanales, cuya cifra ha crecido de forma constante desde la reforma laboral que los implementó en 2003. Son repartidores, empleados de limpieza, pintores, cuidadores de niños y camareros, entre otros.
Bangert también menciona la diferencia cada vez mayor entre ricos y pobres, una tendencia mundial, según datos de la OCDE, que también afecta al país germano.
“¿Cuánta desigualdad soporta nuestro país?”, pregunta un artículo aparecido en el último número de la revista germana Stern, al señalar que el fenómeno “ya no crea bienestar, sino que divide al país”.
Un reciente estudio de la OCDE, señala que los salarios reales de los hogares del 10% más pobre de la población se estancaron en los años ‘80, mientras el 10% más rico aumentó su poder adquisitivo un promedio de 1,6% anual.
Las diferencias salariales entre los ejecutivos y sus empleados, que hasta los años ‘80 solían ser de ocho veces, a partir de los ‘90 subieron a 15 veces, según otro estudio germano.
Precariedad laboral
“Hay dos tendencias negativas en el mercado laboral”, explica Johannes Jakob, experto de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB).
“Por un lado aumenta claramente el sector de bajos salarios. A mucha gente ya no le alcanza lo que gana. La otra tendencia es que hay una creciente precarización del trabajo. Esto se refleja en el aumento de trabajos temporales, mini-jobs y trabajadores a honorarios”.
Eso explica que un reciente estudio de la Universidad de Duisburgo-Essen señale que un 23% de los trabajadores pertenezcan al sector de bajos ingresos (medidos como dos tercios del salarios promedio), unas ocho millones de personas.
“Ha habido crecimiento económico y algunos salarios han crecido, pero otros han caído” en términos reales, advierte Jakob. “No todos han podido aprovechar” la expansión económica, agrega.
Para enfrentar el problema, el DGB propone la implementación de un salario mínimo, actualmente inexistente, que a su juicio beneficiaría directamente a cinco millones de personas, especialmente en el sector de menores ingresos.
A pesar de un apoyo mayoritario en los sondeos e incluso de la propia canciller, no ha podido ser acordado por la oposición de los liberales, el socio menor de la coalición.