El mayor descenso en las exportaciones chinas en cuatro años y medio y la menor inflación en trece meses son las últimas señales de que la segunda economía del mundo se está desacelerando, lo que refleja los desafíos que tendrán las autoridades para alcanzar la meta de crecimiento de 7,5%.
La Administración General de Aduanas informó que los envíos retrocedieron 18,1% en febrero, la mayor caída desde agosto de 2009.
Las importaciones subieron 10,1%, con lo que se registró un déficit de US$ 23 mil millones, frente al superávit de US$ 32 mil millones un mes antes. Esta es la mayor brecha en dos años.
Los analistas advirtieron que las cifras de enero y febrero suelen estar distorsionadas por la fiesta del Año Nuevo Lunar, que este año empezó el 31 de enero. Muchas fábricas y oficinas cierran durante el período que dura la festividad.
Sin embargo, incluso las cifras combinadas de los dos primeros meses del año fueron decepcionantes. Las exportaciones cayeron 1,6% frente al mismo período un año atrás –el mayor declive también desde 2009– y las internaciones subieron 10%, lo que se compara con un alza de 7,3% en 2013.
"Los números de exportaciones de febrero sorprendieron a la baja, e incluso los números combinados de enero y febrero estuvieron por debajo de las expectativas del mercado", comentó a Reuters Li Heng, economista de Minsheng Securities.
"Los datos muestran que la economía enfrenta presiones a la baja relativamente grandes y las políticas macro necesitan ser relajadas un poco", agregó.
Débil inflación
En tanto, cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas revelaron que los precios a los consumidores aumentaron 2% el mes pasado respecto de un año antes, su ritmo más lento en trece meses.
Los precios a los productores cayeron 2%, la mayor disminución desde julio. De esta manera, este indicador acumula dos años de deflación, la mayor racha de retrocesos desde 1999.
Algunos analistas aseguraron que con la inflación controlada, las autoridades tendrán espacio para relajar las políticas si es que se vuelve necesario estimular la economía.
"La baja inflación podría ser una buena noticia para los mercados, ya que el ajuste monetario definitivamente no se justifica", manifestó a Reuters Ting Lu, economista de Bank of America-Merrill Lynch.
Liu Li-Gang, economista jefe para la Gran China de ANZ, afirmó a Bloomberg que el gobierno tiene espacio para aplicar estímulo fiscal, "pero al hacer eso se comprometerá la agenda de reforma económica".
Por su parte, el Banco Popular de China comunicó ayer que el financiamiento agregado, la medida más amplia de nuevos créditos, fue de 938.700 millones de yuanes (US$ 153 mil millones) en febrero, por debajo de las expectativas de 1,31 billón (millón de millón) de yuanes y muy lejos de los 2,58 billones de yuanes de enero.

