Las aerolíneas de Estados Unidos han cancelado vuelos programados para los próximos días, mientras el cierre de Gobierno más largo en la historia complica los desplazamientos aéreos y obliga a miles de pasajeros a modificar sus planes de viaje.
Con cientos de servicios ya recortados y más cancelaciones en camino, el mercado aéreo más transitado del mundo se ha convertido en un nuevo punto de fricción entre republicanos y demócratas por el financiamiento federal, en momentos en que el Presidente, Donald Trump, aumenta la presión para alcanzar un acuerdo.
La administración republicana señaló que los recortes son necesarios para mantener la seguridad aérea frente a la escasez de personal provocada por el cierre. Al menos un alto legislador demócrata pidió mayor transparencia para asegurar que la medida no tenga motivaciones políticas.
De los 25.375 vuelos programados para el viernes, menos del 3% había sido cancelado a las 6 a.m. de Nueva York, según la firma de análisis Cirium. United Airlines, Delta y American Airlines son las más afectadas, especialmente en rutas internas de Colorado y Texas.
"Todas las grandes aerolíneas van a sentir el impacto"
Pese a las interrupciones, “esto se parece más a una tormenta de nieve o un periodo de mal clima que a un colapso catastrófico”, afirmó Tom Fitzgerald, analista de TD Cowen, a Bloomberg TV. “El factor clave será cuánto dure. Todas las grandes aerolíneas van a sentir el impacto”.
Las compañías están ajustando su capacidad en las rutas con menor ocupación, y United precisó que los recortes se concentran en vuelos regionales y domésticos que no conectan entre sus principales hubs.
El mandato de emergencia de la FAA, emitido el jueves, no se aplica a vuelos internacionales, aunque prohíbe los lanzamientos y reentradas espaciales comerciales durante ciertas horas a partir del lunes.
En el aeropuerto La Guardia de Nueva York, las operaciones transcurrían con relativa normalidad el viernes por la mañana, pese a unas 20 cancelaciones hacia destinos como Oklahoma City y Boston. En otros aeropuertos, las interrupciones también eran manejables: 23 vuelos cancelados en Newark, 40 en O’Hare (Chicago) y 27 en Los Ángeles, según datos de FlightAware. En total, las cancelaciones superaban las 800 hacia las 11 a.m. de Nueva York.
Aun así, la frustración entre los viajeros comienza a notarse, aunque muchos expresan empatía por los empleados que siguen trabajando sin recibir salario.
El Departamento de Transporte y la FAA habían anunciado el miércoles que ordenarían a las aerolíneas reducir 10% su capacidad doméstica en 40 aeropuertos principales para aliviar la presión sobre el sistema aéreo. La orden del jueves exige empezar con reducciones de 4% este viernes y aumentar gradualmente a 10% la próxima semana.
“Intento llevar a la gente adonde necesita ir y hacerlo con seguridad”, dijo el secretario de Transporte, Sean Duffy, a CBS News. “Si quieren cuestionarnos, que reabran el gobierno. Tenemos que tomar medidas sin precedentes porque estamos en una situación sin precedentes con este cierre”.