Economía

El BCE avisa del deterioro económico en la zona euro por aumento de la demanda

La institución admite que el enfriamiento se debe en parte a las subidas de tipos para combatir la inflación, que han provocado un frenazo en el gasto, impactando en la industria y en los servicios y debilitando la inversión empresarial y en vivienda.

Por: Expansión | Publicado: Viernes 11 de agosto de 2023 a las 05:23 hrs.
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Como un funambulista en el alambre, la zona euro avanza desde hace meses por el filo de la navaja, intentando esquivar una entrada en recesión técnica que, hasta ahora, no se ha producido, pero sin lograr alejarse de la zona de peligro. Tras mostrar el PIB un encefalograma plano en el primer trimestre del año, con un crecimiento nulo, y repuntar un 0,3% en el segundo, la economía de la eurozona se adentra de nuevo en territorio minado, con un horizonte inmediato que, según el Banco Central Europeo (BCE), no es precisamente halagüeño. La autoridad monetaria alertó ayer de que "las perspectivas a corto plazo de la actividad económica en la zona del euro se han deteriorado, debido principalmente a la mayor debilidad de la demanda interna". Así lo advierte, sin preámbulos ni paños calientes, en su último boletín económico.

La institución que preside Christine Lagarde admite que el actual enfriamiento económico, que parece haber cogido impulso en el arranque del tercer trimestre, es en parte autoinducido, fruto del "endurecimiento de las condiciones de financiación" para combatir la escalada inflacionista, elevando los tipos de interés oficiales hasta el 4,25%, una cota inédita es dos décadas, lo que ha provocado un frenazo en el gasto de las familias y un efecto dominó en los diferentes eslabones de la cadena económica.

Así, el pinchazo de la demanda ha comenzado a impactar con fuerza en la producción industrial, donde a los achaques del consumo doméstico se añade "la debilidad de la demanda externa", en un escenario internacional marcado por la persistencia de la guerra en Ucrania, que este mes cumplirá año y medio, y el "aumento de las tensiones geopolíticas generales, que podrían fragmentar el comercio mundial y lastrar, por tanto, la economía de la zona del euro".

Un mensaje, sin duda, poco tranquilizador. En el marco de ese horizonte encapotado que preludia el BCE, el sector servicios ha mostrado hasta ahora "una mayor capacidad de resistencia", gracias sobre todo al turismo, pero la institución avisa de que también está perdiendo fuelle: "El dinamismo de los servicios se está ralentizando", señala el informe.

Actividad ya en contracción en julio

Las advertencias de la autoridad monetaria están en línea con los índices PMI más recientes, uno de los termómetros más fiables del estado de salud de la actividad privada, y que a principios de agosto anticiparon que la economía de la eurozona habría entrado en contracción ya en julio por efecto del frenazo del sector manufacturero y la pérdida de gas de los servicios. "Después de estancarse en junio, la economía de la zona euro comenzó el tercer trimestre con la contracción más rápida de la actividad total desde noviembre del año pasado", señaló S&P Global el pasado 3 de agosto, alertando de "una desaceleración cada vez más profunda del sector manufacturero y un estancamiento casi total de la actividad en el sector servicios".

Un complejo escenario al que no es ajena ni inmune la economía española, cuyo principal destino exportador es la Unión Europea. De hecho, los índices PMI mostraron que el sector manufacturero español sufrió en julio "la mayor caída de los nuevos pedidos en lo que va de año" por la debilidad de la demanda, mientras que en los servicios si bien la actividad siguió creciendo, lo hizo a un ritmo inferior a meses precedentes.

En este contexto de creciente anemia de la actividad económica, el BCE resalta los "signos de debilidad" que muestran la inversión residencial y empresarial, ambas golpeadas por el fuerte encarecimiento de los costes de financiación (hasta el punto de que la compra de vivienda ha perdido atractivo como inversión entre los consumidores del bloque) y vitales para espolear el crecimiento y el empleo, que de momento se muestra resiliente, con una tasa de paro que se encuentra en mínimos históricos (6,4% en junio), pero cuyos "indicadores prospectivos sugieren que esta tendencia podría ralentizarse en los próximos meses y tornarse negativa para las manufacturas", alerta la autoridad monetaria.

El BCE reclama a los gobiernos europeos la retirada, con rapidez y de manera coordinada, de las medidas desplegadas por la guerra en Ucrania y la crisis inflacionista según se disipe la tormenta energética, con el fin de evitar la retroalimentación de las subidas de precios.

Inflación "demasiado alta durante demasiado tiempo"

Y aunque reconoce que "el impacto creciente del endurecimiento de las condiciones de financiación" puede lastrar la actividad económica, avisa de que la inflación, pese a la tendencia a la moderación mostrada en los últimos meses (se situó en el 5,3% interanual en julio), sigue siendo el gran enemigo a batir. "La inflación continúa disminuyendo, pero aún se espera que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo", señala el documento, en el que la institución anticipa que "las decisiones futuras del Consejo de Gobierno asegurarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo necesario para lograr que la inflación vuelva a situarse pronto en el objetivo del 2% a medio plazo".

Son frases que preludian nuevas subidas de tipos, lo que podría agudizar aún más el enfriamiento de la economía europea, en un contexto en el que su principal locomotora, Alemania, sigue noqueada, habiéndose estancado en el segundo trimestre tras haber sufrido una recesión técnica en los dos anteriores.

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