La Comisión Europea defendió el nuevo acuerdo comercial alcanzado con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pese a las crecientes críticas del mundo empresarial. El pacto establece un arancel de 15% para la mayoría de las exportaciones del bloque hacia EEUU, mientras que ciertos productos estadounidenses ingresarán al mercado europeo sin impuestos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó el acuerdo como una fuente de estabilidad y previsibilidad para empresas y consumidores, tras reunirse el domingo con Trump en su club de golf en Turnberry, Escocia. Aunque reconoció que el trato favorece a Estados Unidos, destacó que se evitó una escalada arancelaria aún mayor. “No olvidemos de dónde venimos”, dijo, en alusión a las amenazas anteriores del mandatario estadounidense, que apuntaban a tarifas de hasta 50%.
La rebaja fue bien recibida por países exportadores como Alemania, que en 2024 envió a EEUU automóviles y autopartes por US$ 34.900 millones. “El acuerdo ha evitado un conflicto comercial que habría golpeado con fuerza a nuestra economía orientada a las exportaciones”, declaró el canciller alemán Friedrich Merz.
Bloomberg Economics estimó que, sin un pacto, el arancel promedio efectivo de EEUU habría subido desde el actual 13,5% hasta cerca de 18% a partir del 1 de agosto. Con el acuerdo, el promedio se ubicará en 16%. Antes del conflicto comercial, el arancel promedio era de 1% para ambas partes.
El euro registró el lunes su mayor caída en más de dos meses frente al dólar, al descender hasta 1% y ubicarse en US$ 1,1626, convirtiéndose en la moneda de peor desempeño entre sus pares.
La crítica desde las empresas
Representantes industriales en Alemania advirtieron que el pacto deja al sector automotor expuesto y resta competitividad a las empresas europeas. “Es un compromiso insuficiente y envía una señal desastrosa a dos economías profundamente integradas”, dijo Wolfgang Niedermark, del directorio de la Federación de la Industria Alemana (BDI, su sigla en alemán). “Incluso un arancel de 15% tendrá consecuencias muy negativas”.
Francia, que adoptó una postura más dura en las negociaciones, valoró la estabilidad del acuerdo, pero pidió activar el instrumento de lucha contra la coerción de la UE, que contempla represalias masivas contra EEUU, incluyendo restricciones a sus empresas tecnológicas y a su acceso a licitaciones públicas.
“El escenario actual no es satisfactorio ni sostenible”, escribió el ministro francés de Asuntos Europeos, Benjamin Haddad. “El libre comercio que nos trajo prosperidad compartida desde el fin de la Segunda Guerra Mundial está siendo reemplazado por coerción económica y desprecio a las reglas de la OMC por parte de Estados Unidos”.
La ministra de Comercio Exterior de Países Bajos, Hanneke Boerma, consideró que el pacto “no es ideal” y pidió continuar las negociaciones con Washington. Más duro fue el primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien criticó a von der Leyen y alabó a Trump: “Está claro que este no fue un acuerdo entre iguales. Trump se desayunó a Ursula. Es un negociador de peso pesado, ella es de peso pluma”.
Por su parte, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, dijo que el 15% “es un buen resultado”, aunque advirtió que “el diablo está en los detalles”. El sector automotor representa cerca de 10% del PIB de ese país, que alberga plantas de VW, Stellantis, Kia y Jaguar Land Rover, además de una amplia red de proveedores.
Detalles faltantes
A diferencia de otros tratados, este acuerdo no incluye aún un documento oficial. “El foco estará ahora en la interpretación e implementación, con riesgos tanto políticos como técnicos”, escribió Carsten Nickel, subdirector de investigación de Teneo. “Persistirán grandes incertidumbres”.
Trump afirmó que el bloque europeo se comprometió a comprar US$ 750 mil millones en energía estadounidense, invertir US$ 600 mil millones adicionales en ese país, abrir sus mercados con arancel cero y adquirir “grandes volúmenes” de equipamiento militar. Fuentes conocedoras del proceso señalaron que uno de los factores clave para aplicar el arancel de 15% a productos farmacéuticos y semiconductores fue la promesa de nuevas inversiones europeas en EEUU.
El presidente del Instituto Ifo de Alemania, Clemens Fuest, calificó el pacto como una “humillación” que refleja el desequilibrio de poder entre ambas regiones. “Europa debe despertar, fortalecer su economía y reducir su dependencia militar y tecnológica de EEUU. Solo así podrá renegociar”, afirmó.
El primer ministro francés, Francois Bayrou, fue aún más categórico: “Es un día oscuro cuando una alianza de pueblos libres, unida por valores e intereses comunes, opta por la sumisión”.