Con la históricamente neutral Suiza como escenario, Estados Unidos y China consiguieron el domingo en la noche sellar un acuerdo que le permitió recuperar el aliento a la actividad global. Superando las expectativas del mercado, las dos mayores economías pactaron una tregua de 90 días en la guerra comercial que las confronta desde el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, partiendo con el pie derecho un diálogo de largo aliento.
Este lunes en la mañana (madrugada en Chile), en voz del secretario del Tesoro, Scott Bessent, se dieron a conocer los detalles de lo acordado, con una rebaja que aleja a los aranceles que intercambian ambas naciones de los tres dígitos como logro central de las conversaciones.
“Lo que había ocurrido con estos aranceles tan elevados era el equivalente a un embargo, y ninguna de las partes quiere eso. Queremos un comercio más equilibrado”, dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien lideró la comitiva estadounidense en el diálogo con China.
Específicamente, EEUU redujo desde 145% a 30% las tarifas sobre las importaciones chinas, manteniendo solo en pie el 10% que aplica a todos sus socios y un 20% relacionado con sus exigencias para contener el tráfico de fentanilo. En tanto, China disminuyó el arancel a los envíos estadounidenses a 10% desde 125%, eliminando también las medidas no arancelarias que les estaba aplicando, como la exigencia de licencias a empresas chinas que proveen a su contraparte de tierras raras.
Considerando los aranceles que estaban desplegados previo a la segunda administración del republicano, Capital Economics calcula que actualmente las tarifas de EEUU a China suman 40% y, en el sentido contrario, llegan a 25%.
Bessent aseguró que las negociaciones para afinar los detalles de un pacto, que ayude a sus objetivos de reducir el déficit comercial de EEUU con China y de reindustrializar el país, se reaunudaran prontamente y celebró que ese diálogo tendrá lugar sobre algunos mínimos.
Perspectivas del pacto
“El consenso de ambas delegaciones este fin de semana es que ninguna de las partes quiere un desacoplamiento”, dijo la máxima autoridad económica de EEUU, quien ha liderado la negociación con China.
“Lo que había ocurrido con estos aranceles tan elevados era el equivalente a un embargo, y ninguna de las partes quiere eso. Queremos un comercio más equilibrado, y creo que ambas partes se han comprometido a conseguirlo”, agregó.
Ante lo que calificó como conversaciones “muy amistosas”, Trump adelantó que “quizás a finales de la semana” sostendrá una conversación telefónica con su par chino, Xi Jinping. Y aunque no descartó que, de fracasar las negociaciones en el plazo acordado, EEUU vuelva a subir las tarifas, aseguró que no lo harán al nivel que ostentaban previo a las conversaciones en Ginebra. “Con un 145% se está produciendo una verdadera desvinculación”, dijo, reafirmando los lineamientos señados más temprano por Bessent.
Justamente, ese punto destaca Robin Xing, economista jefe para China de Morgan Stanley en Hong Kong, respecto al acuerdo que desató un rally en los mercados. “La pausa arancelaria ofrece un respiro a lo que empezaba a asemejarse a un embargo comercial bilateral”, señaló en un comentario consignado por Wall Street Journal.
Este desescalamiento de la guerra tarifaria de Trump, que se suma a una pausa general de los aranceles a todos los socios estadounidenses (permaneciendo solo la base de 10%) y a un acuerdo con el Reino Unido, aminora el impacto económico del conflicto arancelario.
En su informe post Día de la Liberación, el Yale Budget Lab pronosticaba que las tarifas reducirían el crecimiento del Producto Interno Bruto real de Estados Unidos en 0,9 puntos porcentuales durante 2025, con una contracción persistente de 0,6% anual a largo plazo. Un panorama distinto al que ofreció en su reporte de este lunes, donde estima una caída del PIB para este año de 0,7 puntos y una contracción estructural de 0,4%, equivalente a unos US$ 110 mil millones al año.
Llamados a la cautela
Aunque hay una mejora contundente en las perspectivas para la primera economía mundial, los mismos números muestran que la guerra comercial seguirá dañando su actividad y con ello la del todo el globo. Esto, sumado a las erráticas políticas de Trump, alienta los llamados a la cautela ante los últimos acontecimientos.
Mohamed El-Erian, asesor económico jefe de Allianz, planteó que, si bien el nuevo nivel de aranceles permitirá cierta actividad económica entre EEUU y China, los aranceles seguirán alimentando las presiones inflacionarias en la economía. “No es una línea recta. Y se sentirán muy frustrados cuando escuchen la opinión de economistas como yo”, declaró en una entrevista con CNBC este lunes.
El-Erian precisó que la actividad económica probablemente será mayor de lo previsto durante los próximos 90 días, debido al optimismo a corto plazo sobre el acuerdo entre Washington y Beijing, pero apuesta a que “habrá una desaceleración de la economía, tendremos una inflación más alta y la mayoría de los directores ejecutivos se mantendrán a la expectativa”.
En una línea similar, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, consideró “positivo que estén avanzando en sus negociaciones las dos principales economías del mundo”. Sin embargo, destacó que “la incertidumbre no va a desaparecer porque haya este acuerdo en los próximos 90 días. Eso va a terminar de desaparecer cuando tengamos un esquema más ordenado de comercio”.