El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha usado la amenaza de mayores aranceles como su arma favorita para perseguir objetivos en su política exterior. El fin de semana causó alarma en Colombia, tras anunciar sobreprecios a las importaciones estadounidenses desde este país sudamericano, por negarse a recibir inmigrantes ilegales deportados.
Y este lunes, volvió a echar mano del mismo recurso, pero esta vez, agregando una serie de nuevos productos, incluyendo el cobre, la principal exportación de Chile.
Durante un discurso ante legisladores republicanos en su club de golf "El Doral", el mandatario señaló que "en un futuro muy cercano vamos a imponer aranceles a la producción extranjera de chips de computadora, semiconductores y productos farmacéuticos para devolver la producción de estos bienes esenciales a Estados Unidos”.
Sin embargo, luego añadió que “también impondría aranceles al acero, el aluminio y el cobre”, aunque sin precisar el origen de los productos que serían afectados.
Y aunque, considerando los antecedentes del nuevo presidente, no se puede descartar nada, es probable que Trump tenga en mente a los productores chinos, acusados internacionalmente de inundar el mercado global con acero barato por medio de una estrategia de dumping.
La amenaza de aranceles a los semiconductores llega horas después de que la preocupación de los inversores sobre la startup china de inteligencia artificial DeepSeek sacudiera los mercados y borrara miles de millones de dólares de la capitalización de mercado de Nvidia, aunque Trump buscó plantear el hecho como una noticia positiva.
Trump ha argumentado que los aranceles ayudarán a mantener y desarrollar la fabricación estadounidense de chips avanzados en comparación con un programa de subsidios defendido por el expresidente Joe Biden.