El "lunes negro" de la semana pasada no fue un día ideal para realizar transacciones bursátiles en Nueva York.
China y Japón — cuyos mercados de valores ocupan respectivamente el segundo y tercer lugar como los más importantes del mundo — habían cerrado alrededor del 8 por ciento y el 6 por ciento a la baja en las primeras horas, y la tinta roja se había derramado a través de todas las plataformas principales de Europa. Antes de que sonara la campana de apertura, algunos expertos ya estaban murmurando acerca de una 'masacre' en Wall Street.
Pero a los clientes de iSentium — alrededor de una docena de fondos de cobertura — se les instó a ser audaces. De acuerdo con las máquinas 'escarbadoras' de Twitter, construidas por esta empresa con sede en Nueva York, el índice S&P 500 se iba a recuperar en la mañana del 24 de agosto, una vez que hubieran pasado los choques iniciales.
El software había examinado el lenguaje de cientos de miles de tuits relacionados con acciones y predijo que el estado de ánimo que prevalecería en el mercado ese día sería más positivo que negativo. De ahí la recomendación de que los inversores compraran el SPDR S&P 500, un fondo negociado en la bolsa que rastrea el índice.
Gautham Sastri, el director ejecutivo y el mayor inversionista de iSentium, ha estado respaldando con su dinero lo que predica. Todos los días utiliza una cantidad de su propio dinero para comprar o vender el índice a las 9:31 a.m., dependiendo de si la señal es alcista o bajista, y cierra la posición unos minutos antes del cierre. Sastri declaró que, a mediados de agosto, él había logrado un alza del 17 por ciento para el año — cerca de 12 veces mejor que el S&P. El "lunes negro" él obtuvo un 2.5 por ciento de ganancias.
"En cierto modo, es la estrategia más tonta que existe", dijo Sastri. "Pero funciona".
Su compañía es pequeña: iSentium cuenta con 13 empleados y está en camino de producir cerca de US$1.8 millones en ingresos este año. Pero, aunque pequeña, iSentium está a la vanguardia de una clase emergente de compañías enfocadas en las finanzas que intentan extraer valor de los intercambios entre los 316 millones de usuarios activos de Twitter.
Dataminr — una compañía establecida hace seis años por un trío de ex compañeros de la Universidad de Yale — rastrea la plataforma para descubrir lo que llama "alertas aprovechables" para los operadores bursátiles, los periodistas y las agencias gubernamentales. Selerity — fundada y apoyada por ex ejecutivos de Thomson Reuters durante la misma época — también busca noticias de movimiento del mercado, habiendo obtenido la más notable hasta el momento en abril, cuando descubrió un reporte de ganancias que había sido publicado por error y que era, irónicamente, de Twitter. Otras compañías similares incluyen Social Market Analytics, Psych Signal y Market Prophit.
Bloomberg y Thomson Reuters también ofrecen datos filtrados de Twitter y StockTwits, la cual transmite información financiera en el mismo formato de 140 caracteres a través de sus plataformas profesionales.
Todas ellas forman parte de "un ecosistema que está evolucionando rápidamente", como lo expresó Stephen Morse, con sede en Nueva York y encargado de los productos de datos financieros globales en Twitter. El primer grupo que inicialmente adoptó estas herramientas estaba representado por los fondos de cobertura y por los operadores de alta frecuencia que estaban intentando obtener los datos por su cuenta, conectándose directamente a la interfaz de programación de aplicaciones de Twitter, afirmó Morse. En la actualidad, especialistas como iSentium están llevando a cabo el trabajo por ellos.
Según Sastri, un empresario en serie que hizo una fortuna vendiendo hardware informático, iSentium se destaca porque predice en lugar de reaccionar, para lo cual utiliza una tecnología de procesamiento del lenguaje patentada y desarrollada con la ayuda de lingüistas con el fin de asignar una calificación de sentimiento a cada tuit. Las calificaciones se suman para crear indicadores direccionales diarios para las acciones y los índices, y avisos de actualización relacionados con los sentimientos en tiempo real.
El sistema no es perfecto, por esto iSentium emplea a un miembro del personal de tiempo completo para revisar al azar las calificaciones de tuits individuales de cerca de 8,500 acciones y fondos cotizados en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés). Sastri aseguró que cuatro de cada cinco veces los robots han seleccionado el sentimiento correcto. El resto de las veces, se confunden debido al tono de la conversación, el sarcasmo, la ambigüedad o por la intervención de "spammers". "Mi premisa siempre ha sido, si se puede interpretar correctamente lo que la multitud está diciendo, los "alpha returns" (excedentes de rentabilidad) deberían ser un efecto secundario natural".
Sastri señala el contraste entre lo que iSentium hace y el análisis técnico que se encuentra en el corazón de una gran parte de la investigación en Wall Street. "Estás tomando algo que ya ha sucedido — principalmente el precio — y luego supones que algo predecible va a surgir de esto. Mientras que, si descifras correctamente el sentimiento, tienes una muy buena oportunidad de saber lo que va a suceder".
El éxito está lejos de ser garantizado. Como señala un reciente informe de Gnip, un servicio analítico de Twitter, el sector financiero ha sido más lento que otros en aprovechar el poder de los medios sociales. Fue hace sólo dos años que muchos operadores de acciones reconocieron el poder de los tuits para influenciar los precios, cuando un mensaje de Carl Icahn, el inversor activista, añadió alrededor de US$12 mil millones a la capitalización de mercado de Apple.
Pero alguien tiene que interpretar los "gigantescos servicios generales" de Facebook y Twitter, agregó Sastri, los cuales suministran alrededor del 90 por ciento del contenido de los medios de comunicación social a nivel mundial. "Lo que queremos hacer es decirte lo que significa".
iSentium está ahora contemplando otras áreas tales como las encuestas políticas, y ha comenzado conversaciones con campañas y agencias noticiosas. "Los políticos son sólo símbolos de cotización bursátil, si lo piensas bien", declaró Sastri. "Su acción sube o baja, y está impulsada por los mismos factores que impulsan el precio de las acciones — la percepción, el mérito, el impulso".