Cuando el gobierno alemán anunció el año pasado los cursos de idiomas y de aprendizaje dirigidos a jóvenes europeos desempleados, el esquema fue concebido como un gesto fraterno de la economía más fuerte de la UE con sus socios de la eurozona afectados por la recesión. Quince meses más tarde, la invitación ha tenido tal éxito que el programa se ha visto obligado a cerrar antes de lo previsto.
A fines de marzo de 2014, cerca de 9.000 jóvenes habían solicitado subvenciones, una cifra mucho mayor a la prevista, dijo el Ministerio del Trabajo de Alemania ayer.
En septiembre del año pasado, unos 3.000 jóvenes habían postulado. Desde que comenzó el programa, Berlín ha triplicado el presupuesto y extendido el programa hasta 2018. Pero después de que los números siguieron subiendo, el gobierno cerró la puerta a los nuevos solicitantes para este año, lo que provocó la consternación de los institutos de formación alemán deseoso de recibir más trabajadores jóvenes.
Wolfgang Gelhard, director del centro de formación Kolping en Paderborn, Alemania, dijo que “es una situación de total incertidumbre“. En tanto, según Peter Pedersen, director de una escuela de formación de hotelería en Rostock, cerca de 40 jóvenes ya no reciben fondos. “Ellos no tienen dinero para comprar alimentos, y no pueden pagar por sus habitaciones “, dijo Pedersen. “Esto empaña el buen nombre de Alemania“.