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“Brasil no puede seguir teniendo las manos atadas por el Mercosur”

Por: | Publicado: Jueves 25 de septiembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Un gobierno de Marina Silva buscaría concretar acuerdos comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea (UE), incluso si hubiera resistencia por parte de sus socios en América del Sur, dice uno de los asesores económicos de la candidata presidencial brasileña.

Eduardo Giannetti, economista y profesor de la escuela de negocios Insper de Sao Paulo, señaló que Brasil tratará de quitarse de encima las restricciones impuestas por el Mercosur, el bloque comercial sudamericano que también incluye a Argentina y Venezuela, y que obliga a que todos los socios estén de acuerdo respecto de posibles tratos que se firman con terceros.

“Creo que Brasil no puede seguir teniendo las manos atadas por el Mercosur”, dijo Giannetti en una entrevista con Financial Times. “Tenemos que avanzar hacia acuerdos comerciales con otros bloques y si el Mercosur no nos acompaña, vamos a tener que encontrar una salida”.

Brasil está considerado como uno de los países más proteccionistas del mundo. Las exportaciones de bienes y servicios representaron 13% de su Producto Interno Bruto entre 2009 y 2013, según el Banco Mundial, lo que supone la mitad de la cifra comparable de China e India. Cualquier movimiento dirigido al progreso de acuerdos con economías tan grandes como la Unión Europea y Estados Unidos podría abrir la arquitectura del comercio global.

Brasil es la economía más grande de Sudamérica, pero sus negociaciones comerciales anteriores fuera del continente se han marchitado debido a la resistencia de sus socios del Mercosur.

Brasilia está en conversaciones con la Unión Europea, pero éstas se han alargado durante años con escaso progreso.

Giannetti no dijo cómo Brasil podrá superar las objeciones de los socios del Mercosur, pero señaló que el país más grande de la región tiene que comenzar a abrirse para atraer la inversión y mejorar la competitividad.

“Somos una de las economías más cerradas del mundo, compramos poco desde el mundo y vendemos al mundo poco de lo que producimos”, indicó.

Ex senadora y ministra de Medio Ambiente, Marina Silva se ha lanzado a la cima de las encuestas desde que asumiera la candidatura del Partido Socialista Brasileño (PSB) el mes pasado tras la muerte del candidato presidencial anterior de su partido, Eduardo Campos.

En las últimas semanas, su rival, la actual presidenta, Dilma Rousseff, se ha estado recuperando, con los sondeos de esta semana situándolas empatadas.

Pero los inversionistas parecen preferir las políticas de Silva a las de Rousseff, quien ha sido criticada por el intervencionismo estatal en su gobierno.

La inflación se ha mantenido cerca de la parte superior del rango del banco central de 6,5% durante su gobierno, mientras que la economía entró en recesión en el primer trimestre.

Rousseff culpa a la economía mundial de los problemas de Brasil. Pero Giannetti criticó su manejo de la economía, diciendo que Silva volvería a una aplicación más estricta de las exitosos regímenes de metas de inflación de los anteriores gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso. La moneda se dejaría flotar y las exenciones fiscales para las industrias individuales serían eliminadas.

Además, el énfasis de Silva estaría puesto en mejorar la educación y el respeto al medio ambiente sin la irresponsabilidad fiscal, precisó el economista.

Giannetti comparó a la candidata del PSB con uno de los grandes presidentes de Brasil, Juscelino Kubitschek, conocido por acelerar la industrialización y la urbanización. “Ella trae el elemento de sueño sin la aventura económica”, afirmó.

Silva se ha comprometido a fomentar el gasto en la educación hasta alcanzar el 10% del Producto Interno Bruto, desde el actual 6%, e impulsar el gasto en salud a una décima parte del presupuesto federal.

Asimismo, un gobierno liderado por Silva aboliría el subsidio a los precios del combustible existente, precisó Giannetti, estimulando al mismo tiempo las industrias de energía verde de Brasil, tales como la generación de electricidad a partir de la quema de los desechos de la caña de azúcar y la energía eólica.

En tanto, al banco central se le daría más libertad con la introducción de mandatos fijos para los miembros del consejo, en lugar del presente acuerdo por el que son nombrados por el presidente sin ninguna garantía de permanencia.

Cualquier shock positivo resultante de la reducción de la inflación conduciría a largo plazo a tasas más bajas, que a su vez liberarían más dinero para el presupuesto de la reducción de los pagos de intereses sobre la deuda pública, dijo el asesor económico de la candidata del PSB. El economista calcula que una reducción de 1% en las tasas de interés liberaría 25 mil millones de reales (US$ 10.400 millones) en el gasto presupuestario.

“El punto fundamental aquí es que el balance fiscal y el superávit primario serán fundamentales, no vamos a sacrificarlos por cualquier aventura en el gasto social”, afirmó. “Vamos a crear un espacio en el presupuesto para reforzar de una manera competente las políticas sociales”.

Apuntó que Bolsa Família, el exitoso proyecto del gobierno de becas mensuales para los pobres a cambio de enviar a sus hijos a la escuela, no se puede cortar. Al contrario, debe ser fortalecido con programas que proporcionen a los beneficiarios habilidades laborales que puedan utilizar para mejorar sus ingresos y “emanciparse”, “así, no tendrán que depender de la asistencia”.

La evidencia del pasado muestra que Brasil puede hacer ajustes presupuestarios difíciles sin consecuencias terribles, sostuvo Giannetti.

El mentor de Rousseff y ex presidente, Lula da Silva, tomó medidas sobre la inflación cuando llegó al poder en 2003, reduciéndola desde el 12,5%.

Pero el precio de no corregir la inflación y la posición fiscal significaría para Brasil perder su calificación de grado de inversión, dirigiendo al país a una crisis, agregó.

“A América Latina le encanta ver esta película”, aseveró Giannetti.

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