El trotamundos Shinzo Abe intenta vender Japón a América Latina
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Después de recorrer 47 países en 18 meses, el líder japonés es itinerante desde cualquier punto de vista.
Si se juzgara a Shinzo Abe por la cantidad de países visitados, en lugar de por la cantidad de yenes imprimidos o de cláusulas constitucionales evadidas, sería un éxito rotundo. En poco más de 18 meses –una vez que haya completado una gira por América Latina que comenzó en México el viernes– habrá visitado 47 países.
Eso lo convierte en un líder itinerante según los estándares de casi cualquier líder nacional, mucho más en Japón, donde los primeros ministros prácticamente tienen que rogarle al parlamento para obtener permiso para viajar al extranjero. En comparación, los dos predecesores de Abe sólo pudieron lograr visitar 18 países entre ambos en dos años y medio. Incluso Xi Jinping, el presidente de China que no se queda atrás cuando se trata de incursiones al extranjero, sólo ha logrado 23.
El viaje latinoamericano de Abe, el primero de un primer ministro japonés en una década, tiene lugar tras varios viajes a través de Asia. En su primer año en el cargo, logró la hazaña de visitar todas las 10 naciones de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). En Asia, donde la influencia de China se hace sentir cada vez más y el peso de la historia siempre es grande, hay una batalla implícita con Beijing para ganarse corazones, así como oportunidades de negocio. En general, a Japón le ha ido mejor de lo que comúnmente se cree en cuanto a reforzar las relaciones con las naciones del sudeste asiático, como Indonesia y Tailandia, donde es un gran inversionista, y en cuanto a cortejar a otros países también nerviosos por el ascenso de China, como India, Filipinas, Vietnam e incluso Myanmar, que una vez estuvo firmemente en el bando chino.
Sin embargo, más allá, China se está adelantando. En América Latina, Beijing –casi invisible hace una década– se ha convertido rápidamente en un protagonista importante, el mayor socio comercial de Brasil, Chile y Perú, y el segundo de países como Argentina, Colombia y Venezuela, muy rica en petróleo.
Desde la perspectiva de Japón hay un simbolismo incómodo en el hecho de que Abe marche detrás de Xi, quien completó un viaje de una semana a América Latina la semana pasada justo cuando Abe llegó a México al inicio de una gira que abarcará Brasil, Colombia, Chile y Trinidad y Tobago, donde sostuvo reuniones el lunes.
Teng Jianqun del China Institute of International Studies fue mordaz en su evaluación de los esfuerzos del líder japonés en una entrevista con la cadena estatal CCTV. “Abe se ha convertido en el seguidor de los principales líderes de China, no sólo en América Latina sino en todo el mundo”, alardeó. Teng llegó incluso a sugerir que Japón no debería molestarse en hacer un esfuerzo, ya que China está demasiado adelantada, tanto diplomática como comercialmente.