Por R. Olearchyk/N. Buckley/A. Byrne
Kiev / Londres / Bruselas
Los manifestantes antigubernamentales fueron llegando a Kiev ayer después de que enfrentamientos con la policía antidisturbios cobraron las primeras víctimas mortales, lo que provocó expresiones internacionales de alarma a medida de que un punto muerto de dos meses entró en una nueva fase violenta e impredecible.
Las muertes de hasta cinco manifestantes después de semanas de demostraciones pacíficas contra el presidente Viktor Yanukovich arriesgaron con incendiar aún más la crisis.
Los analistas advirtieron que los enfrentamientos podrían degenerar derechamente en batallas en las calles de la capital de Ucrania.
Dirigiéndose a decenas de miles de manifestantes que acudieron a la plaza central de Kiev ayer en la noche, Vitali Klitschko, el boxeador que se convirtió en líder de la oposición, dijo que Yanukovich no había respondido a las demandas durante las tres horas de conversaciones sobre la crisis.
“Usted tiene suficientes palancas para resolver este problema”, dijo, dirigiéndose al presidente.
“Llame a elecciones anticipadas. Escuche a la gente. Resuelva esta situación. Si usted no escucha a la gente, ellos van a hacer de todo para que los escuche”, agregó el dirigente opositor.
Las muertes de ayer sorprendieron a un país acostumbrado a la búsqueda de medios pacíficos para la resolución de las crisis, incluso durante la Revolución Naranja pro democracia de 2004.
También incitó a la UE y a EEUU a endurecer su postura en contra de Yanukovich, elevando las tensiones con Moscú, que ha culpado a la interferencia occidental en los asuntos de Ucrania como detonante del enfrentamiento político.