Por K. Hille y R. McGregor
, Moscú / La Haya
El gobierno ruso está preparado para que la salida de capitales del país llegue a US$ 70.000 millones en los primeros tres meses del año a medida que los inversionistas buscan atenuar las secuelas de la anexión de Crimea del presidente Vladimir Putin.
Andrei Klepach, viceministro de Economía de Rusia, dijo ayer que se espera que los flujos de salida en el primer trimestre estén cerca del extremo superior de la estimación del gobierno de US$ 65.000 millones a US$ 70.000 millones, ante los temores de que sanciones más duras golpeen la economía. Eso superaría los US$ 63.000 millones que salieron del país en 2013 y es superior a la cifra de US$ 50.000 millones sugerida por el asesor económico de Putin, Alexei Kudrin, diez días atrás.
La advertencia de Moscú llegó cuando los líderes mundiales pidieron que Rusia sea suspendida indefinidamente del G8. Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional del presidente Barack Obama, dijo que no hay necesidad de que el G7 se comprometa con Rusia mientras el país siga “violando flagrantemente el derecho internacional”. Sergei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, advirtió que Moscú no se aferrará al G8, argumentando que el foro es anticuado y que había sido reemplazado por el G20, que incluye a las economías emergentes.