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Temor a cierre del gobierno da esperanzas al presupuesto de EE.UU.
Por: | Publicado: Martes 22 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Stephanie Kirchgaessner y James Politi
El tenso enfrentamiento presupuestario en Washington podría abrir la puerta a un compromiso entre los republicanos en el Senado y la Casa Blanca, que permita a ambas partes evitar un cierre potencialmente desastroso del gobierno.
Un acuerdo de esta índole, que implicaría que se ejecuten algunos de los recortes en el gasto fiscal propuestos por los republicanos en la Cámara de Representantes, podría representar una victoria para Barack Obama y los republicanos de más edad en el Congreso, más conscientes de los problemas políticos de un cierre presupuestario (situación en la que el gobierno deja de proveer todos los servicios considerados no esenciales) que sus colegas cercanos al Tea Party. La visión más común en Washington es que los republicanos tienen más que temer al cierre presupuestario que sus colegas demócratas.
El punto muerto al que llegaron el vocero Republicano Newt Gingrich y el entonces presidente Bill Clinton en 1995 llevó a una fuerte reacción contra los republicanos, que fueron acusados de extralimitarse, y la ganancia política fue para Clinton.
Pero Vin Weber, ex congresista republicano y miembro del gobierno en ese entonces, dijo que Obama también podría salir dañado con el cierre ya que las circunstancias son otras, en especial la percepción de que no recortar el gasto fiscal acarrearía un desastre económico. “No creo que alguien se beneficie políticamente del cierre. Deberían encontrar una manera de evitarlo, pero no es fácil”, aseguró Weber.
No hay nadie más influyente en evitar un cierre presupuestario que Mitch McConnell, el veterano líder republicano del Senado que entiende, quizás más que sus colegas de la Cámara de Representantes, que un cierre puede dañar a su partido.
Obama vio subir su aprobación en las encuestas la última vez que llegó a un acuerdo con el partido Republicano acerca de los recortes tributarios que vinieron luego de las elecciones de noviembre en Estados Unidos.
El Congreso de EE.UU. tiene hasta el 4 de marzo para aprobar lo que se conoce como una resolución de coninuidad o legislación para financiar al gobierno. La mayoría republicana en la Cámara de Representantes presentó un proyecto que recortaría US$ 61.000 millones del gasto fiscal hasta septiembre, una cifra que los demócratas calificaron de temeraria.
Ahora que han tomado la posta, los Demócratas en el Senado están sopesando como generar su propio proyecto. “Estamos pensando como llevar adelante esto de tal manera que podamos realizar la mayor cantidad de recortes de la mejor manera posible”, comentó un asistente del partído Demócrata.
Entre los republicanos se rumorea que el vocero de la Cámara de Representantes, John Boehner, redactaba un proyecto que daría recursos al gobierno por un periodo corto, de tal manera de abrir espacio a las conversaciones.
El tenso enfrentamiento presupuestario en Washington podría abrir la puerta a un compromiso entre los republicanos en el Senado y la Casa Blanca, que permita a ambas partes evitar un cierre potencialmente desastroso del gobierno.
Un acuerdo de esta índole, que implicaría que se ejecuten algunos de los recortes en el gasto fiscal propuestos por los republicanos en la Cámara de Representantes, podría representar una victoria para Barack Obama y los republicanos de más edad en el Congreso, más conscientes de los problemas políticos de un cierre presupuestario (situación en la que el gobierno deja de proveer todos los servicios considerados no esenciales) que sus colegas cercanos al Tea Party. La visión más común en Washington es que los republicanos tienen más que temer al cierre presupuestario que sus colegas demócratas.
El punto muerto al que llegaron el vocero Republicano Newt Gingrich y el entonces presidente Bill Clinton en 1995 llevó a una fuerte reacción contra los republicanos, que fueron acusados de extralimitarse, y la ganancia política fue para Clinton.
Pero Vin Weber, ex congresista republicano y miembro del gobierno en ese entonces, dijo que Obama también podría salir dañado con el cierre ya que las circunstancias son otras, en especial la percepción de que no recortar el gasto fiscal acarrearía un desastre económico. “No creo que alguien se beneficie políticamente del cierre. Deberían encontrar una manera de evitarlo, pero no es fácil”, aseguró Weber.
No hay nadie más influyente en evitar un cierre presupuestario que Mitch McConnell, el veterano líder republicano del Senado que entiende, quizás más que sus colegas de la Cámara de Representantes, que un cierre puede dañar a su partido.
Obama vio subir su aprobación en las encuestas la última vez que llegó a un acuerdo con el partido Republicano acerca de los recortes tributarios que vinieron luego de las elecciones de noviembre en Estados Unidos.
El Congreso de EE.UU. tiene hasta el 4 de marzo para aprobar lo que se conoce como una resolución de coninuidad o legislación para financiar al gobierno. La mayoría republicana en la Cámara de Representantes presentó un proyecto que recortaría US$ 61.000 millones del gasto fiscal hasta septiembre, una cifra que los demócratas calificaron de temeraria.
Ahora que han tomado la posta, los Demócratas en el Senado están sopesando como generar su propio proyecto. “Estamos pensando como llevar adelante esto de tal manera que podamos realizar la mayor cantidad de recortes de la mejor manera posible”, comentó un asistente del partído Demócrata.
Entre los republicanos se rumorea que el vocero de la Cámara de Representantes, John Boehner, redactaba un proyecto que daría recursos al gobierno por un periodo corto, de tal manera de abrir espacio a las conversaciones.