Los últimos 20 israelíes vivos que permanecían como rehenes en Gaza fueron liberados por Hamás y regresaron a su país en un intercambio cargado de emoción que también permitió la excarcelación de cerca de 2 mil palestinos presos en Israel, como parte del impulso de Donald Trump para poner fin a la guerra de dos años en el territorio palestino.
El histórico acuerdo representó el mayor éxito en política exterior del presidente de EEUU en su segundo mandato, ocasión que aprovechó para delinear su visión de una paz más amplia en Medio Oriente.
Una nueva etapa en Medio Oriente
Las esperadas liberaciones del lunes desataron celebraciones en Israel y Palestina, y coincidieron con la visita relámpago de Trump a Israel y Egipto para promover su plan de paz de 20 puntos destinado a poner fin a la guerra más mortífera en la historia del conflicto israelí-palestino.
En un discurso ante el Parlamento israelí, durante el cual fue ovacionado en varias ocasiones, Trump presentó su visión para el periodo posterior al conflicto, al calificar el momento como “el amanecer histórico de un nuevo Medio Oriente” y “el inicio de una gran concordia y una armonía duradera” entre Israel y sus vecinos.
“Las fuerzas del caos, el terror y la destrucción que han asolado la región durante décadas están ahora debilitadas, aisladas y totalmente derrotadas”, afirmó el mandatario estadounidense. “Ahora es momento de traducir estas victorias contra los terroristas en el campo de batalla en el premio máximo de la paz y la prosperidad para todo Medio Oriente”.
Trump también tendió una rama de olivo a Irán, país que EEUU e Israel bombardearon durante una guerra de 12 días a comienzos de este año, y señaló que “sería estupendo” alcanzar un acuerdo de paz con Teherán.
Avanza la primera fase del plan
El plan para poner fin a la guerra en Gaza fue presentado por Trump el mes pasado, con una primera fase centrada en un alto al fuego y el intercambio de rehenes, y una segunda orientada a lograr el fin permanente de los combates. Esa segunda etapa contempla el desarme de Hamás, el retiro de Israel del enclave palestino y el despliegue de una fuerza internacional de estabilización.
Aunque Israel y Hamás aceptaron la primera etapa del plan, aún no han aprobado la segunda, que diplomáticos consideran mucho más compleja debido a las profundas diferencias entre ambas partes.
La primera fase se desarrolló sin contratiempos el lunes, con Hamás liberando a los 20 israelíes con vida —todos hombres de entre 20 y 40 años— en dos grupos, en el norte y sur de Gaza. Poco después, Israel excarceló a más de 1.900 palestinos, entre ellos 250 que cumplían cadena perpetua y más de 1.700 gazatíes detenidos sin cargos desde el inicio de la guerra en el enclave hace dos años.
Desacuerdos por rehenes fallecidos
Sin embargo, en una señal de las dificultades que enfrenta el proceso, el grupo que representa a las familias de los rehenes acusó a Hamás de incumplir la primera fase del acuerdo, luego de que el movimiento palestino anunciara que solo entregaría los cuerpos de cuatro de los 28 rehenes muertos.
“Exigimos la devolución de los 28 rehenes. No renunciaremos a ninguno”, señaló la organización en un comunicado, pidiendo suspender la implementación del acuerdo de paz hasta que se entreguen todos los cuerpos.
Más tarde, en una cumbre por la paz convocada por EEUU y Egipto en Sharm el-Sheikh, Trump anunció que ya habían comenzado las conversaciones sobre la segunda fase de su plan.
Trump, junto a los presidentes de Egipto y Turquía y el emir de Catar, firmaron un texto relativo al acuerdo de paz sobre Gaza.
El presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, agradeció a Trump sus esfuerzos por promover la paz regional, calificando el acuerdo como “la última esperanza de paz para la región”. Sisi también reafirmó que la solución de dos Estados es “la única vía” para consolidar la paz y sostuvo que los palestinos tienen derecho a vivir en un Estado independiente junto a Israel.