Internacional
Fuga de capitales se acelera en Argentina y la economía espera señales del gobierno
Aunque el fenómeno ha alcanzado proporciones alarmantes, analistas descartan un nuevo “corralito” como el ocurrido en 2001.
Por: Equipo DF
Publicado: Lunes 5 de diciembre de 2011 a las 05:00 hrs.
Por Marco Fajardo
La fuga de capitales en Argentina alcanzó en el último trimestre su mayor cifra en cuatro años, en medio de las preocupaciones de los inversionistas por la inflación, el debilitamiento del peso y el incierto panorama internacional.
Según cifras del Banco Central argentino, en el período julio-septiembre la fuga alcanzó los US$ 8.400 millones de dólares, frente a los US$ 6.100 millones del trimestre anterior. Eso da un total de US$ 18.000 millones en lo que va de 2011, más del doble que en el mismo período de 2010. Fausto Spotorno, analista de Orlando Ferreres y Asociados, dijo a Bloomberg que alcanzará unos US$ 25.000 millones en todo el año, aunque se desacelerará en 2012 por un menor superávit comercial.
El fenómeno ha desatado temores sobre un nuevo “corralito”, a una década de su instauración. En entrevista con DF, Maximiliano Castillo, director de la consultora local ACM, desestimó ese riesgo por varias razones: uno, las reservas en el Banco Central argentino (US$ 8.000 millones en 2001 versus US$ 46.000 millones en la actualidad), dos, el alto grado actual de encajes en los depósitos en dólares, y tres, porque en 2001 la mayoría de los ahorros estaban denominados en dólares, y hoy están en pesos, lo que permitiría que incluso en caso de una “corrida bancaria” el BC imprima pesos para respaldar los fondos.
Fenómeno histórico
La salida de capitales no es nueva en el país vecino y José M. Echagüe, director de Quantum Finanzas, comentó que incluso existió en “períodos muy buenos”. Añade que es típica en los períodos electorales, como ocurrió recientemente con la reelección de la presidente Cristina Fernández, y también apunta al contexto internacional: “En Argentina, cuando la prima de riesgo sube, la desconfianza sobre la moneda aumenta, y eso típicamente desata un proceso de dolarización”. De hecho, los rendimientos de los bonos argentinos sumaron 274 puntos básicos, o 2,74 puntos porcentuales, a 12% en el tercer trimestre, según JPMorgan Chase.
Echagüe también destaca que parte del proceso se debe a las compañías internacionales “que están teniendo buenas utilidades y naturalmente una parte de ellas las giran a sus casas matrices”. Los depósitos en dólares cayeron de US$ 15.900 millones el 18 de octubre a US$ 13.600 millones un mes después.
A esto se suma la existencia de una doble incertidumbre: nacional, porque tanto las empresas como los particulares quieren protegerse frente a una eventual devaluación del peso, apreciado artificialmente en el último tiempo, e internacional, debido a las condiciones en el mercado exterior de capitales por la deuda soberana europea.
Ambos factores contribuyen a que la gente dolarice sus portafolios. “No es que sacas tu plata y la mandas a EEUU (…) (Muchos) sacan sus depósitos en pesos y los convierten a dólares. Algunos los mantienen en banco, otros los pasan a cajas de seguridad, otros los meten debajo del colchón”, dijo Boris Segura, analista de Nomura.
Señales de las autoridades
Por ahora todos esperan señales del gobierno. Segura recomienda “apretar la política fiscal y monetaria, traer abajo la inflación y empezar a depreciar de forma más rápida el peso, sin que tenga que ser una cosa traumática que provoque corridas bancarias ni mucho menos”.
Entre las medidas oficiales se destacan la rebaja de los subsidios por unos
US$ 1.000 millones anuales para disminuir el gasto público, según anunció Fernández el mes pasado, y el aumento de la tasa de interés para que la moneda local recupere su atractivo en medio de una inflación que privados estiman en 20% anual. La tasa a 30 días (badlar) alcanzó 18,9% el 30 de noviembre, tras estar largo tiempo en torno a 11%.
Tampoco es menor la incertidumbre política. Para Echagüe, “los gestos más importantes los vamos a conocer los próximos días, cuando se conozca el nuevo gabinete” que arroje luces sobre “cómo va a ser el segundo mandato de Cristina”.