ICBC guarda silencio sobre controvertida represa en África
El banco estatal Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) ha guardado silencio...
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Por Toh Han Shih
El banco estatal Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) ha guardado silencio ante acusaciones de organizaciones no gubernamentales respecto del financiamiento de la controvertida represa Gibe 3 en Etiopía.
El proyecto hidroeléctrico de US$ 1.750 millones, que se espera esté terminado para 2014, es el mayor proyecto de inversión en Etiopía y la cuarta mayor represa en construcción en el mundo.
En julio, el banco más grande del mundo por capitalización bursátil le extendió un préstamo de US$ 500 millones, según confirmó el banco a una ONG.
“La represa Gibe 3 es el proyecto eléctrico más destructivo de África. Asolará los frágiles ecosistemas del Valle Bajo del Omo en Etiopia y Lago Turkana en Kenua, y a las 500 mil personas locales que dependen de ellos”, dijo Peter Bosshard, director de International Rivers, una ONG que se enfoca en represas.
La construcción del proyecto Gibe 3 comenzó en 2006 sin evaluaciones de impacto ambiental y social, según un informe encargado por el Banco Africano de Desarrollo, que no participa en el proyecto. Según el informe, desde entonces se han hecho estudios sobre el impacto potencial de la represa, pero han sido inadecuados.
Bosshard advirtió que la represa tomaría agua del río Omo en Etiopía y privaría al lago Turkana de agua. Eso agotaría recursos escasos allí y en el Valle Bajo del Omo, creando riesgos de conflicto en esas regiones. Añadió que ninguna otra gran institución financiera internacional ha financiado la represa.
ICBC tiene un “Marco de Crédito Verde” en todas sus sucursales para subrayar su meta de convertir a ICBC en una institución financiera verde líder en el país y el mundo, según el sitio web del banco.
Bajo los lineamientos de la Comisión y Administración de Activos del Estado, las empresas de propiedad estatal que se expandan en el exterior deben proteger el medio ambiente y contribuir al desarrollo social de las naciones en las que operan. Las empresas chinas que violen las leyes ambientales del país podrían perder sus créditos.