Por Constanza Morales Huidobro
El éxito económico que ha mostrado China en las últimas tres décadas ha llevado a diversos expertos a vaticinar que la nación reemplazará a Estados Unidos como la principal potencia del mundo. Sin embargo, su modelo de desarrollo ha mostrado recientemente signos de agotamiento.
De hecho, algunos analistas creen que el país se dirige hacia un desastre financiero que arrastraría al resto del mundo.
James R. Gorrie es uno de los especialistas que defiende esta visión. En su libro “La crisis de China: cómo el colapso económico de China provocará una depresión global”, este economista explica que, atrapada en un recurrente ciclo de auge y caída que se ha repetido varias veces en los últimos 60 años, la nación nuevamente se está aproximando a una crisis económica y social.
En entrevista con Diario Financiero, Gorrie critica que los proyectos no dependan de factores económicos, alega que las cifras del PIB están infladas y alerta que si China continúa alejándose del dólar, el mundo podría caer en una depresión.
-¿Cuán real es la amenaza de un colapso del sistema bancario?
-El riesgo es muy real. El Banco Popular de China ejerce un estricto control sobre la moneda y el sistema bancario. Las decisiones de qué construir y qué proyectos son financiados se basan en la influencia política y la corrupción; los factores económicos quedan muy atrás. Aquí es donde la corrupción del sistema chino es más dañina. La infraestructura y algunos proyectos inmobiliarios son mal planificados, a menudo innecesarios y usualmente pobremente construidos.
China es un caso de desarrollo en vez de uno de crecimiento económico real. Las minas, las fábricas, los puentes, los rascacielos y otros grandes proyectos incluyendo ciudades enteras son construidos, pero a menudo nunca se usan y, por lo tanto, no agregan valor económico.
-¿En qué se expresa el hecho que China sea un caso de desarrollo y no uno de expansión real?
-En occidente, si un proyecto importante rinde poco, los préstamos incobrables contra esas iniciativas amenazan la viabilidad de los bancos. Sin embargo, en China estos contratos no son cumplidos. En vez de eso, simplemente son reinvertidos en mayores niveles de deuda.
Así, incluso las cifras de PIB son totalmente falsas. China asegura tener un crecimiento de entre 7% y 10% cada año, incluso cuando sus mayores socios comerciales, la zona euro y Japón, han recortado las importaciones. ¿A quién le están vendiendo los chinos? Los cálculos de PIB están llenos de mentiras: si un préstamo es reinvertido, es contado como PIB. Un producto terminado es contado como PIB, incluso si no es vendido. Inflar el valor de las compañías privadas que son “absorbidas” por el Estado es contado como PIB, como lo es una lista entera de otras actividades económicas falsas.
-¿Y qué pasa con la banca?
-El sector enfrenta una tasa estimada de default de préstamos de más de 50% en algunas regiones. El ex presidente Hu Jintao advirtió tras su salida en 2012 que el sistema está en un “serio peligro” si la corrupción no es abordada. En abril, el auditor chino alertó de un colapso financiero que “empequeñecería” lo que ocurrió en EEUU y Europa en 2008.
-Si los riesgos son tan altos, ¿intervendrán las autoridades para prevenir un nuevo desastre?
-Ya están interviniendo lo más posible. Ellos están intentando crear las apariencias de una economía de mercado occidental, pero sin el mercado. Sin el mecanismo de precio que determine la eficiencia económica, la corrupción política es todo lo que queda. Además, sin el PIB de un líder mundial, real o imaginario, el partido no tiene legitimidad.
-¿Qué más pueden hacer los líderes para evitar un colapso?
-El banco central está comprando todo el oro que puede. Esto podría ser para desafiar al dólar como moneda de reserva global. La economía china por sí sola no apoyará al yuan frente a una desaceleración mundial y su propia crisis bancaria. La mejor opción es volver a los niveles de libertad política y económica previos a la masacre de Tiananmen, cuando la tasa de expansión económica logró su máximo. Eso, por supuesto, provocaría desafíos directos al poder y legitimidad del Partido Comunista, por lo que es poco probable que suceda a propósito.
-Si los bancos chinos colapsan, ¿cuál sería el impacto para el sistema financiero global?
-El colapso causará una depresión global. Estamos viendo a China actuar en modos como los que predije en mi libro. A medida que la economía se desacelere, su comportamiento beligerante se intensificará.
Además, China continuará alejándose del dólar en su esfuerzo de desbancar a dicha divisa de su dominio. Sin el dólar, el comercio internacional se encogería dramáticamente. Una depresión global –y más guerras en Asia, entre otros lugares– son resultados bastante creíbles.