La confianza duró poco. Luego del acuerdo alcanzado por la mayoría de los países de la Unión Europea para aumentar la supervisión fiscal, el viernes, los mercados celebraron el anuncio con alzas. Pero las cifras rojas regresaron ayer a las bolsas, luego de que las principales agencias calificadoras hicieran sombríos anuncios sobre el futuro de la región.
Moody’s adelantó que todavía piensa hacer una revisión a la calificación de la Unión Europea, ya que el acuerdo alcanzado en la cumbre “ofrece pocas medidas nuevas y no cambia nuestra visión de que los riesgos para la cohesión de la zona euro continúan al alza”. La revisión se completaría durante el primer trimestre del próximo año.
Por su parte, Standard & Poor’s valoró el acuerdo como un paso adelante, pero dijo que no es suficiente para contener la crisis de deuda. “Probablemente sea necesario otro shock antes de que todos en la zona euro vayan en la misma dirección, por ejemplo que un gran banco alemán sufra dificultades reales en los mercados, algo que es una posibilidad muy real en el corto plazo”, señaló a agencias su economista jefe, Jean-Michel Six. Y los pronósticos de Six podrían no estar muy errados, ya que fuentes cercanas a las negociaciones dijeron a Reuters que Commerzbank ya estaría discutiendo un paquete de ayuda del gobierno germano.
Mientras que Fitch dijo que el “fracaso” de los líderes europeos en presentar una solución “integral” aumentó la presión sobre las calificaciones de los países del área. “Tomar un acercamiento gradual impone costos económicos y financieros adicionales en comparación con una solución amplia e inmediata. Esto implica que la crisis continuará a distintos niveles de intensidad durante 2012 y probablemente más allá, hasta que la región pueda mantener una amplia recuperación económica”, señaló la agencia a través de un comunicado.
El propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, reconoció en una entrevista publicada ayer por el diario Le Monde que su país podría perder su nota AAA, la máxima calificación de crédito, aunque aseguró que la segunda economía de la eurozona podría sobrevivir incluso en esas condiciones.
Meses de espera
La cumbre se vio socavada por la decisión de Reino Unido de marginarse del acuerdo. El primer ministro británico, David Cameron, explicó ayer delante del parlamento su decisión, pero lejos de bajar el tono a las tensiones, fuentes de su gobierno indicaron a los medios que podrían endurecer aún más su posición. El premier aseguró ante los congresistas que el acuerdo se contradice con las actuales normas del bloque y que solucionar los conflictos podría tardar meses.
El regreso de la incertidumbre perjudicó a Italia, que tuvo que salir a colocar deuda en el mercado de bonos por 7 mil millones de euros, y que debió pagar una tasa de 5,95% para los papeles a un año, no muy lejos de su máximo histórico de 6,08%. La operación coincidió con la celebración ayer de la primera jornada de protestas masivas que ha tenido que enfrentar el nuevo gobierno del tecnócrata Mario Monti. La prueba de fuego para Italia, sin embargo, llegaría mañana, cuando subaste 3 mil millones de euros en bonos a 3 años, cuyo rendimiento superó ayer el 7%.
Por lo que vimos en los mercados, los resultados (de la cumbre) son un poco decepcionantes dadas las expectativas de la semana pasada, comentó a DF Riccardo Barbieri, economista jefe para Europa de Mizuho.
El nerviosismo también se extendió a España, donde el futuro jefe de gobierno, el derechista Mariano Rajoy, anunció que uno de los primeros pasos de su administración será reestructurar el sistema financiero. Así Rajoy ha apuntado la posibilidad de que haya una nueva ronda de fusiones bancarias.