Los londinenses ricos recurren cada vez
más a los servicios de guardaespaldas para defenderse de los asaltos
en plena calle de todo tipo de delincuentes.
Grupos de residentes de diversos barrios pagan hasta US$136.000
al año por ese servicio, informa el diario "Evening Standard".
Recientemente se han producido en la capital británica asaltos de
personas muy conocidas como la diseñadora de moda Nicole Farhi o la
productora de televisión Denise O'Donoghue, hechos que ocurrieron de
noche y a las puertas de sus lujosos domicilios.
Las empresas de seguridad hablan de un incremento del 70% de la demanda de los servicios que ofrecen, consistentes en
acompañar al cliente a una hora previamente convenida desde el coche
hasta la misma puerta de su casa .
Los guardaespaldas carecen de armas y de los poderes de la
policía, pero pueden servir de elemento de disuasión e incluso
detener al atacante, llegado el caso.
Según Assaf Cohen, director general de una de esas empresas, 1st
Class Protection, sus hombres reciben hasta 200 llamadas al día de
personas que desean ser escoltadas.
"Nos dicen a qué hora tienen previsto llegar y nosotros enviamos
a un guarda a la casa para que inspeccione la zona y las entradas a
la casa y se cerciore de que todo está en orden", explica Cohen.
"La policía no puede estar patrullando todas las calles. No creo
que sea justo echarles la culpa, pero oímos críticas de que tardan
demasiado en responder a la llamada de un ciudadano", agrega.
La mayoría de los guardaespaldas son ex policías o ex militares y
todos han recibido entrenamiento que cumple los requisitos del
sector.
Paul Barnes, director ejecutivo de la empresa "Crown Protection
Services", señala al periódico que también ofrecen los servicios de
un chófer, que es al mismo tiempo un guardia de seguridad, y la
posibilidad de escoltar al cliente en un segundo coche para
asegurarse de que no le siguen.